Como ya sabéis , cada día cuando salgo del gimnasio paso por la Iglesia de Santo Tomás Becket, la de Caldas de Reis, a hacer una visita. Básicamente para rezar " cuando quieras, donde quieras, como quieras, pero Contigo". Y me largo. Después , si está en su despacho , saludo al sacerdote de la parroquia - se llama Juan Carlos. Y luego compro pan y una lata de cerveza , que me bebo andando por la calle.
Esta es mi rutina.
A la iglesia entran muchos peregrinos que hacen el Camino de Santiago Portugués. Muchísimos. Ese Camino se inicia en Lisboa , o en Oporto, y ves de todo. Desde grupos numerosos, hasta personas que andan solas. Y, sobre todo, personas muy mayores, o jóvenes, de un abanico de razas que abarcan el mundo entero: judíos, africanos, asiáticos, latinos, pakistaníes ...con todos los maravillosos mestizajes que el amor, o la lujuria, han creado en este mundo.
Cuando haces el Camino descubres que no se trata de andar paisajes ; poco a poco te miras con ojos nuevos. El vínculo más importante entre una persona y un paisaje no es que hayas estado en él, sino que él haya estado en ti.
Y hace unos días, pocos, decidí preguntar a algunas de estas personas la razón de su peregrinaje. Pensé que sería una buena fuente para el Barullo, y sus cosas.
Ayer martes me crucé rezando en la Iglesia dos mujeres. Venían desde Oporto. Eran de Canadá. Una pelirroja con pecas. La otra mestiza - un aire indio . Venían juntas, pero rezaban en bancos separados , lejos una de la otra. La mestiza estaba a mi lado. Le pregunté cuál era la razón de su peregrinaje. Le habló al traductor de su móvil y éste contestó " busco a Dios" .
- Yo también- le comenté. ¡ Lo encontraremos!
Y me volvió a mostrar su teléfono que decía " lo sé: ¡Él lo prometió!".
Se llama Anna.
Sé que hay mucho moñas que piensa que la mayoría que hace el Camino es por esnobismo, nada que ver con la fe, o lo espiritual. No es verdad.
Hoy, jueves , cuando salía de la Iglesia me cruce con una peregrina. Iba sola. Ella entraba. Me llamó la atención que era un bellezón. Estaba en la treintena. Un tipazo. Unos ojos azules turquesa muy intensos.
No puedo resistirme a las mujeres guapas. Y esta lo era. Muchísimo. Y, encima, sola. Así que volví a entrar. Estaba sentada , mirando fijamente el Sagrario. Después se fue a sellar la Compostelana. Cuando salió la abordé y le pregunté la razón de su peregrinación. Y le habló al traductor del móvil. Y leí:
- Mi madre está paralítica y no puede andar el Camino. Y yo lo hago por ella.
- ¿ Vas sola?
- Sola.
- ¿Pero tienes fe, o es porque tu madre te lo pidió?
- No, ella no me lo pidió. Y sí, tengo fe. Lo hago por ella.
Es de Estonia. Se llama Darja. Y yo soy de Zaragoza y con personas así me siento un gilipollas.
Porque veo que esas personas tiene una fe de esas que miran al Sagrario y se agarran a Él con la esperanza de escuchar " ¿ quién me ha tocado?".
La foto es de la Iglesia.
Levantarte, café y un magnífico barullo, what else? Gracias Suso!
ResponderEliminarGracias. Que pase un día maravilloso 😗
EliminarOh, yeah
EliminarLa próxima vez que te cruces con un bellezón cuelga en la entrada una foto con la afortunada.
ResponderEliminarLo pensé al escribir la entrada. No se volverá a repetir 😃
EliminarMi cuñada lleva tres años haciendo el Camino, cada primavera y cada otoño, con una amiga.
ResponderEliminarYo espero hacerlo algún día, pero no pediré que me sellen nada.
Estoy harto de la burocracia. Se quedará entre el apóstol y yo.
Aplaudo la iniciativa. Yo hice tres y sin compostelana
EliminarAbrazo fuerte, Sanyi
Empezar el finde leyendo una entrada como esta no tiene precio. Muchas, muchas, muchisimas gracias querido Suso!
ResponderEliminarGracias a ti. Abrazo fuerte
EliminarQue gran entrada, Suso. Me da ánimo.
ResponderEliminarYo no tengo fe, o quizá queda algún rescoldo. Nunca he hecho el camino de Santiago, ni en parte, pero cada año subo un día andando desde Monistrol hasta Montserrat. Allí intento rezar. Sólo para dar gracias por un año más de vida.
Llegará, no sé cómo, pero vendrá.
EliminarEn un país, y no precisamente multicolor, en el que viví, un cura con el que me encontré recomendaba a quienes le decían que no tenían fe que rezaran -o leyeran- un Padrenuestro. Y que eso, tab simple, ayudaba. O a tener/recuperar la fe o a lonque fuera.
ResponderEliminarHay `personas que se ha convertido de golpe, entrando en una iglesia, en medio del campo, o viendo a alguien...somos un mundo.
EliminarCreo que ahí es donde pobres personas como nosotros, tan sensibles a los recursos que la selección natural teje para garantizar el futuro de la especie, podemos encontrar a Dios con más fuerza. Si encontramos a Dios en la belleza de las personas, jamás la belleza de las personas nos alejará de Dios. Yo antes, hace mucho tiempo, cuando como adolescente veía a algunas chicas de mi edad como pura voluptuosidad sin pararme a pensar que lo que veía era mi propia necesidad más que una realidad objetiva, y que ellas no veían su propio aspecto como voluptuosidad, sinó como expresión de su propia identidad; pues quizá por influencia de los que vestían fundas de paraguas negras, tendía a evitarlas para alejar el riesgo del fuego eterno. ¡Craso error! Porque Dios estaba en ellas y en su forma de ser. Y la solución para descubrir a Dios en ellas no era ni es ponerles un burka, ni mental, ni físico, ni evitar su visión, ni mucho menos su trato. La solución es tratarlas como a iguales, como a personas, hablar, relacionarse humanamente, construir la amistad, descubrir el aliento de Dios en sus palabras, el amor de Dios en su mirada, no prejuzgar de forma narcisista. Si alguien me despierta un deseo puramente físico, la culpa no es de ese alguien, sinó de mi incapacidad de ver una persona donde hay una persona; la culpa es de mi visión reductora que construye seres únicamente físicos donde hay espíritus de una dignidad igual a la de los ángeles más elevados; la culpa también es de los malos maestros. La realidad no es como yo la veo, es mucho mejor. Años después lo entendí y descubrí a ese Dios que hizo a la mujer tal como es y no como los integristas quisieran que fuera, al Dios de verdad, el que diseñó también el cuerpo humano y toda su belleza; no creo que Dios se equivocara al hacerlo; algunos, si pudieran, censurarían a Dios y le dirían que ha hecho a la mujer demasiado provocativa.
ResponderEliminarDicho esto, resumo lo único que quería escribir, lo que me suscita tu escrito. Dios está quizá donde nunca lo supondríamos, donde lo olvidamos. Su fuerza, su espíritu, su voz... habita los corazones que muchos no ven porque reducen la realidad de la persona. Ni una línea de la grandeza de su gran diseño, ni una forma, ni un destello de luz... deja de estar impregnada de su realidad. Como un iceberg, las personas muestran la puntita de su cristal luminoso de hielo atravesado por la luz del sol, pero su realidad es inmensamente más grande y más profunda, oculta bajo las aguas del mar de la vida, y de esa realidad tenemos que aprender cada día como recién nacidos algo más del aspecto indescriptible de Dios. A Dios se le ha descrito siempre como masculino, pero Dios también es mujer, Dios también es femenino; y en los matices de la espiritualidad de las mujeres encontramos aspectos de Dios que a lo largo de nuestra vida no han mantenido ocultos.
PRISCILIANO
Oiga, usted últimamente está sembrado. Gracias.
EliminarA mi me parece que nos obsesionamos con definir a Dios, además de deducir lo que Él quiere o no quiere de nosotros.
EliminarEntiendo que algunos tengan esa necesidad, pero no por ello se deduce que hay siquiera un dios…
Yo creo que nadie ha visto a Dios. Nadie. De Él sabemos lo que él mismo nos ha dicho: que es un Padre. Con eso basta. Al menos a mi: estamos en buenas manos.
EliminarPor otra parte, no ser transcendente me parece muy difícil. Piénselo. Vivimos en la transcendencia.
100 % Prisciliano!
EliminarFdo. Ex betico, ahora sevillista
No, si ya lo pienso ya, pero sigo en que todos tenemos nuestra razón en un 50%. Ni todos tan sabios ni tan tontos. Tener Fe es una necesidad para unos, una necedad para otros. Argumentos los hay de todos los colores.
EliminarAlgunos nos hemos convertido en descreídos también de golpe.
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