Después del Gimnasio acostumbro a hacer una visita en la Iglesia de Caldas. Y paso por una plaza que llaman de Las Palmeras. Allí hay mucho peregrino del Camino de Santiago Portugués descansando . Y llama la atención la cantidad de ellos que anda mirando el móvil. La gente ya no habla. No hay tertulias.
Una de las calles principales se llama Rúa Real . Caminamos mirando el móvil. Incluso en una ciudad tan pequeña como Caldas de Reis nos movemos con prisa. Mucha peña va con los auriculares gordos puestos. Encerrados en esa cárcel de piel que nos transporta. Tan particulares, muchas veces. Tan solos.
Todos de aquí para allá, sin un rato, siempre tarde, pastoreando a los hijos, como llevando una manada de gatos por un camino , metiendo prisa.
Ayer hablaba con una panadera de Caldas y le comenté el efecto que me hizo ver a una celadora en el Thyssen delante del Mata Mua, el cuadro de Gauguin. Estaba sentada en una silla delante del cuadro . Está valorado en 40 millones de euros. Esa mujer sólo tiene que estar allí sentada. Nada más. Y le decía " joder, para eso hay que valer".
- Lo que daría por tener un trabajo así.
Porque la señora va de culo. No para.
La gente piensa en la cita que no salió bien. O en la llamada del jefe que le inquietó. En el seguro. En que el frigorífico, que está definitivamente roto y hay que sacar tiempo para ir a comprar uno.
En esas cosas se va la vida. Y así se nos escapan los detalles, como andar hacia atrás con chancletas . Sin pausa no hay mirada, y sin mirada, somos seres vacíos, ligeros. Demasiado parecidos unos a otros. Como celadoras delante de un cuadro de 40 millones de euros.
La ciudad a veces es sólo una tramoya. Uno de esos decorados de cartón piedra de película antigua, con cielos coloreados como nubes de los Simpson's y casas con fachadas de madera sujetas de cualquier manera. Somos figurantes que pasean por delante de la cámara sin decir nada. De un lado para otro.
Pero un día, paras. Y olvidas el teléfono y el reloj . Y miras, y observas , y respiras y descubres el milagro de la vida corriente. Lo pequeño de repente se ha hecho grande. Lo de siempre ha crecido hasta convertirse en algo extraordinario.
Es como si alguien se para delante de esa celadora del Thyssen y le dice " usted si que es guapa, hermosa de verdad. Usted sí que es la Mata Mua del museo. Usted no tiene precio señora".
No son los tesoros, ni los aromas , no los restaurantes, ni los paisajes, ni siquiera las personas. No. Ers tú. Tú eres el rincón escondido. Tú eres el instante maravilloso. Tú eres quien llena los espacios y conviertes en inolvidables las calles y las cervezas . Las cenas y el mar.
Tú eres la protagonista. Tú eres todo lo bueno que hay en este mundo. Y sólo si te paras quieto, dejando atrás lo inútil , mirando las cosas con alegría, con ternura y con serenidad… podrás ver el mundo tal como es, en su infinita y maravillosa belleza.
Fazio escribió un artículo sobre Darth Vader como metáfora del mal en el mundo moderno pero cuando lo comentó en la tertulia de la Villa vechia, Valenciano puso tal cara de cuáquero, que al fazio o también conocido cómo el Corrientes, se le quitaron las ganas de metaforear.
ResponderEliminarHay metáforas que las carga el diablo.
EliminarAmigos hoy sale una noticia en la prensa local del norte de Italia que afirma que el Panatinaikos vende su sede en Milán. Ahí queda.
ResponderEliminarAún he releído la entrada y los comentarios de ayer. Gracias por compartir cachos del ser que otros escondemos por un pudor que nos retrae. A lo que iba. Paseo mucho por mi lugar del mundo, pequeño, invadido por turistas que viajan con sus problemas a cuestas, a veces en forma de niño encabronado, van a lo suyo, sus modales son hoscos, llevan el ocio como una penitencia. Me recuerdan a aquel que tú contabas, que empalagado de tanto perfume gritaba “mierda, quiero oler mierda”.
ResponderEliminarEn fin, gracias por la entrada.
Un abrazo.
EliminarYo creo que el Olimpiakos tiene personajes de Flaubert: desde luego Florencio por los pasillos a las 5.35 de la mañana persiguiéndote con la zapatilla debía ser literatura de alto calado o carne de psiquiátrico y por supuesto Valenciano encerrado en esos pasillos de luz artificial tipo Blade Runner de VT esperando al pardillo para darle en el hocico, es literatura renacentista. Pero eso sí, como se lo paso Casciaro en México, eso es para premio Nobel.
ResponderEliminarMe gusta mucho una frase de Einstein que ya he escrito en El Barullo: "Si tuviera solo una hora para salvar el mundo, dedicaría 55 minutos a definir el problema y solo cinco minutos a encontrar la solución".
ResponderEliminarAntonio Valero tenía inventó el método ADER: Análisis - Diagnóstico - Elección - Realización. Puro sentido común, como decía Antonio, nada extraordinario.
Funcionamos a base de emociones, somos inválidos emocionales invadidos por la propaganda: Agenda 2030, Programa de Regeneración Democrática, subida de impuestos "contra los ricos" que conducen un Lamborghini... leemos los titulares y vamos poniendo parches. Nadie se para a reflexionar.
Hoy he pasado por La Pedrera las 9.00 de la mañana, un edificio de Gaudí, y estaba Chinolandia haciendo fotografías a saco sin saber nada de Gaudí ni del modernismo ni de la historia de Barcelona. Llenando el tiempo sin entender nada. Presupuesto == 15 minutos y a otra cosa mariposa. Luego al museo del Barça, presupuesto == cinco horas (el más visitado de Cataluña, por delante del Museo Picasso o del Museo Dalí).
PS: me encontré varias veces a Fernando Valenciano. Es un psicópata con un grado de empatía igual a cero. Haces la charla con este señor y sales desmoralizado, con pensamientos suicidas y encima diarrea.
La felicidad es un paseo por la rambla de nuestro pueblo, cada cual del suyo, y no hacer nada más que contemplar a la gente como va y viene de la compra; el Sol filtrándose tras las hojas de los plátanos; ese gusto de sentir el aire de la tierra de uno en el rostro; la mujer que en el mercado vende verduras y grita con gracia a quien pasa delante suyo para que le compren. La charla amable que tienes con quien cada día te vende el pan. Ese cielo tan azul con nubes como de algodón. Andar sin prisa; mirar sin pensar en nada más que en lo que miras. Hay quien pide préstamos para volar a Hawaii y buscar no se sabe qué no se sabe donde, porque no encuentran esa paz tan suave que tiene su pueblo y su gente en su día a día. La felicidad es la maravilla que tenemos siempre al lado y que la mayoría de la gente ignora porque no la ve. Caminar de casa al trabajo es una gozada; ¡la de gente que te cruzas cada cual con su vidas!; en muchas ocasiones, esa vida de cada cual se percibe en sus ojos. El camino al trabajo es a veces es un baño de Sol, otras veces una lluvia suave que te hace pensar en la inmensidad de la tierra, en su verdor, en lo pequeños que somos y en la suerte que tenemos. Y ya no digamos los días en que lo acompañamos todo con un buen vino. Y es cierto, si reposamos de móvil todo se enciende; como si el canal de la realidad empezara a retransmitir en el momento en que reposamos la mente en aquello que es de verdad y que es humano.
ResponderEliminarY no estoy en contra de los móviles; pero son un peñazo porque nos roban los tesoros que nos rodean: la paz de los parques, los sonidos de fondo de la vida, las expresiones de las personas. A veces me siento en algún banco y me concentro en todo lo que escucho, y pienso que poder estar aquí, poder sentirlo todo, la banda sonora de la vida, es un privilegio el cual no quiero jamás dejar de ver como un privilegio. "Ser" es un privilegio y un regalo. No hay que perder de vista jamás esto.
PRISCILIANO
Estamos en sintonía. Muy buena reflexión. Buenas noches.
EliminarUn comentario sanador
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