sábado, 5 de octubre de 2024

AHÍ ESTÁ LA GRACIA.

Hace unos años, vivía en  San Cugat, recibí un correo de un antiguo alumno de Viaró. Me ponía a caldo. Me llamaba de todo. Se identificó con pelos y señales, y me acusó de haberle jodido la vida. Le había puesto un mote que le persiguió, y aún le persigue. Me acusaba de ser un fraude como profesor. Me dijo que no me había dado cuenta de que él era hiperactivo y con muchos problemas de atención.


Y tenía toda la razón. Toda. Le pedí perdón - si hoy me lee , repito sinceramente ese sentimiento. Me duele.


Me respondió que era católico y que me perdonaba de corazón.


Pero, me temo, no era verdad. Aunque, probablemente, lo deseaba.


El mote que yo le puse , y que no recuerdo, corrió como la pólvora. Y, lo que me sabe peor, ese chaval me estimaba y me debía tener como un ídolo. Y san Suso se fue a tomar pol culo.  Es cruel ser profe simpàtico y payasete , y la niñez humillada  es terrible.


Me fui de Viaró a Terraferma. De allí a Turó. Después a Peñalba. ¿ A cuántos críos habré dejado jodidos sin saberlo?  


Cuando te curtes por los años aprendes a medir el impacto de tus maldades. Sabes cuando callarte. Crecer  es, más o menos, poder seguir viviendo sin martirizarte por los errores cometidos. No me refiero al  acoso, ni de daño. Eso son palabras mayores, aunque no puedo decir si caí en ellos. No lo recuerdo. Aquí trato de ese Circo que es la infancia, donde el payaso da usties a mano abierta. . Me refiero a todas esas buenísimas malas ideas que un día tuvimos.  Pero no voy a castigarme. También he hecho cosas buenas. Algunas muy buenas. Sin alardes.


Y  si tengo alguna cuenta pendiente , que me la recuerden, y la pago.


Con los años he aprendido que no hay que tomarse a uno tan en serio. Hacerse mayor es saber cachondearse de uno, entender la existencia como el fenómeno liviano que es. Con sus errores, sus gilipolleces  y sus disparates.  No somos tan importantes. Me arrepiento de lo de ese chaval de Viaró . Me arrepiento y me duelen  muchas cosas. Pero la vida se construye con un puñadito de cosas buenas y un güevo  de desaciertos. 


Y ahí reside parte de la gracia.




viernes, 4 de octubre de 2024

EL ARTE DE CULPABILIZAR LA CONCIENCIA.

Hay personas que tienen  el don - si a eso se le puede llamar " don"-  de culpabilizar conciencias.  


Ayer comencé una ruta que llaman del Padre Sarmiento. Comienza en Pontevedra y termina en Santiago de Compostela. La primera etapa finaliza en Sanxenxo. Por cierto, pasa delante de donde está de invitado ese golfo que tuvimos por rey.


Por la tarde me senté a  beber una cerveza en una terraza . En la mesa de al lado un joven  hablaba por teléfono. No puse el radar para escuchar, el hombre estaba lo suficientemente alterado y se podía oír la conversación. Incluso, casi casi,  se adivinaba cómo era la mujer con la que hablaba. Una dominatrix. 


- Pero por qué te enfadaste esta mañana. 


- ¿ Que no te enfadaste? ¡ Pero si fui despedirme y volviste la cara cuando te iba  a dar el beso!...no sé qué te he hecho...¿pero quieres decirme por qué estás de morros?...


- ¿ Cómo que no es nada?, llevas rara muchos días...


Ella le ha debido contestar " a mi no me pasa nada, ¿ qué me va a pasar? 


- A ti, perdona, pero te pasa algo....¡ cómo que yo sabré!...si no me dices qué es, ¡ cómo lo voy a saber!


El hombre tenía cara de pensar " ¡qué cojones habré hecho! "


- ¿ Es porque llegué un poco mamao la otra noche?...pues perdona, pero dime qué es.


Y parece que ella le ha contestado " no me vengas con tonterías, tú sabes que no es eso".


- Entonces, ¿ qué es?


Y la mujer le ha debido de decir " es que , encima, no te das cuenta".


- ¡ Joder, te juro que no sé a qué te refieres!


Y ella debió colgar.


Y aquel hombre se quedó en tierra de nadie, con cara de pez con el morrete en el cristal de la pecera. Estuve a punto de invitarle a otra cerveza, pero pensé que mejor dejarle solo en su perplejidad.


" Dale vueltas, colega. No tienes nada que hacer.  Eso que te ha pasado es una estrategia. Se llama " el arte de culpabilizar la conciencia". Es cosa de personas muy jodidas - hombres y mujeres- que practican la doma. Pronto pasarás por el aro con eso de " tú sabrás" . Y le darás vueltas y más vueltas a qué habrás hecho. Y un día, después de muchas conversaciones como esta,  llegarás a la conclusión  de que no vale la pena complicarse con gente así.  No se puede . Hay que tragar y ya está, qué se le va a hacer.


Terminé la cerveza y cuando pasé a su lado a punto estuve de decirle "mándala a tomar pol saco".


Hoy voy a  O Grove. 





jueves, 3 de octubre de 2024

A LA PAPELERA. DE RECICLAJE.

Muchas veces, cuando los problemas me agobiaban, cogía todos ellos en forma de papeles y los tiraba a la papelera. En ocasiones me tiraría yo mismo.


Debería haber en cada casa un cubo para el reciclaje. Para poder echar todos los propósitos que no hemos realizado, o que hicimos " figa" . Visitar a tal persona que sabemos nos lo va a agradecer , no perder los estribos con fulano, hacer una  limpieza a fondo de hábitos que no van , ser menos cascarrabias, realizar el viaje prometido.  Todo eso, a la papelera.  Si algo sé   a mi edad es que  soy inestable, tornadizo, perezoso , inconstante y tiernamente cambiante.


Qué se la va a hacer . Es más bonito desear que cumplir con lo deseado. Soy un hombre de muy buenas intenciones. Oí un día a mi padre decir a mi madre " ¡ qué ganas tiene de portarse bien!" . Y es verdad. Pero, ¡ ay, me quedaba en las ganas! Para los tíos como yo la vida es una aspiración. La realidad es lo de menos. 


Hace unas entradas alguien aquí comentaba no sé qué de los degenerados y los downs, y de que eran consecuencia de la mala conducta de sus padres. "¿Quién pecó?- le preguntaron a Jesús- él o sus padres?". Pobre tío el que comentó. Porque si algo me conmueve de ese Jesús es que le basta con que intentemos portarnos bien. 


Él está esperando en el fondo de la papelera de reciclaje.


Entre una copa de Jack Daniel's  charlando con un amigo o ir al gimnasio , pues gana la copa. Entre una tarde  grabando una versión en el Steimberg  , o ponerte  a ordenar tus cosas, lo siento, la versión.


Pero cada año caemos en esto de los propósitos.  Yo, por lo menos, soy un entusiasta de primeras veces. Llevados por un libro de autoayuda, o un sofoco que nos da al subir una  escalera , decidimos que hasta aquí hemos llegado. "Mañana comienzo a hacer deporte". Así que lo  mejor es no hacerse propósitos. Lo fácil: ser feliz. Y pórtate bien. Cosas que no cuestan: no robes, no vayas de putas, sonríe, habla con tus hijos, ir a cenar con tu mujer , abandona tus adicciones. Así, en su sencilla esencia. Ser feliz… que es algo que está al alcance de cualquiera. Tan cerca que a veces ni la vemos. 


Qué afición  con meternos en líos, con complicarnos la vida ,  cuando la alegría aletea y vuela  llena de luz y frágil a nuestro alrededor. 


Qué mejor propósito.




miércoles, 2 de octubre de 2024

CUANDO TE FALLAN LAS FORMAS.

Hay momentos que uno - sobre todo cuando está presionado- saca su peor cara. 


En Viaró conocí a un profesor, le llamaban  "el Víu". Era un hombre complicado, algo posesivo.  Les decía a los chavales " muchachos, no me  busquéis las cosquillas, que yo por las buenas soy muy bueno, pero por las malas....no  os gustaría conocerme y verme cabreado". Era un bendito. Pero un día , en un cambio de clase, lo encontré pateando, literalmente, y saltando a peso sobre un chaval , mientras gritaba " ¡ de mi madre no se ríe  nadie, de mi madre no se ríe nadie!".


Al parecer, en el  Ángelus, el Víu interpretó que ese pobre se había mofado de la Virgen.  Me impresionó mucho ver la escena. Tanto, que recuerdo hasta el nombre de la víctima, Nacho R. Fue como un fogonazo de magnesio que quedó impresionado en la retina de mis globos oculares.


¡ Toma metáfora!


Pero lo que más me conmovió fue  que ese hombre se pusiese así, hecho un Obelisco. Él no era así.


Después lo entendí. Porque  ya estaba en tensión por  muchas razones que no vienen al caso. Una  enfermedad larvada , que fue la que después le mató, un carácter  depresivo, una afectividad bastante distorsionada.


Y uno también ha saltado alguna vez en su vida. Soporto muy mal la coacción y la imposición. Y, entonces, soy imprevisible, para  mi y para los demás. No recuerdo haber sido violento, pero las formas las he perdido.  


Seguro que os han dicho alguna vez: “Te fallan las formas, aunque tengas razón en el fondo”. A mi muchísimas veces. Soy de esos que cuando sienten que tienen  razón en algo, me ciego, pierdo los papeles. Soy un tipo apasionado, fogoso y encendido . La forma de dar mi parecer  es con convicción , sin equilibrios y equidistancias . A calzón quitado.  Y me sorprende que a la gente le preocupa más el cómo se dice, que el qué se dice. 


Los que lleváis tiempo leyendo el Barullo ya me conocéis. Por nada mando a tomar pol culo a un notas. O llamo gilipollas a cualquiera que pase por aquí. Aunque para un maño  eso son sólo palabras. No llega la sangre al río.


Pero no soy persona de enfados. Ni de cabreos. Yo creo que llevo cuatro años sin cabrearme. No soy de gritar - excepto, insisto, si me meten presión.  Y, en general, me da vergüenza el señor, o la señora que monta pollos donde sea. O esa peña  que  se acalora y discute por teléfono muy alto.


Con la jubilación me he amansado mucho. Ya no tengo jefes. Nadie invade mi espacio.  Pero tengo mis fronteras. Hay algunas personas que me sacan de mis casillas. Que si me buscan, me encuentran . Que me entra una mala leche y unos ardores  y se me pone la cara roja , y  me pierdo. Por ejemplo: No puedo con esa gente que no me deja terminar la frase porque cree  que ya saben lo que vas a decir y me interrumpen con una tontería. Y  les digo " déjame terminar, coño, que es que no escuchas".  Tampoco puedo con que me obliguen a hacer cosas que no quiero hacer. Por ejemplo, el típico cura cursi y progre que dice que nos cojamos las manos y cantemos no sé qué chorrada en misa. Y yo digo que mis cojones.  Qué coraje eso. 


Y  me jode el peluquero preguntón. Que me dan ganas de decirle " ¡ calla, coño, y corta el pelo."  Por eso voy a los chinos en Zaragoza. Te corta el pelo y no te toca los cojones. 


O esos gilipollas, porque son gilipollas, que te interrumpen una conversación y te dicen " ¡ te lo compro!" . Vete a tomar pol culo.  Que yo no soy una inmobiliaria.  Qué rabia eso.


En fin, todos nos cabreamos. Aunque, ya digo, con la jubilación la cosa baja mucho.






martes, 1 de octubre de 2024

JUEGOS : EL GRAN TEATRO DEL MUNDO.

En mi casa , de críos, el día de Navidad y en Año Nuevo jugábamos  a los Juegos Reunidos Geyper.  Y también al Bingo. Con habas. 


Después, en muchas convivencias, si llovía, también era un recurso guapo. Juegos de interior : el asesino, la silla... 


A mi esos juegos siempre me han chiflado. Porque los entendía. Después llegaron el Monopoly  y rollos más sofisticados. No me enganché. 


El juego es una forma de estar juntos. Una excusa inocente para conocerse  y reír . Aunque a veces  al típico intenso se le va la  olla.  He presenciado auténticas peleas  y cabreos sordísimos durante semanas por un " quítame de allí esas pajas". Entre la jarana familiar  y la Tercera Guerra Mundial hay una frontera muy pequeña . 


Alrededor de la mesa, cada uno es como es, como en el gran Teatro del Mundo : el picajoso, el laxo, el rígido, el marrullero,  el apático, el amorfo, el mandón, el chulangas, el vago que deja la partida a medias, el que no se entera de qué va el juego porque tiene pocas luces, el que no sabe perder. En mi casa pasábamos de la oca al parchís, del parchís al dominó, del dominó siempre al bingo.


La vida es como esas partidas. Puro azar, impredecible, arbitraria, desconcertante. Y muestran muy  bien quienes somos. También, como la vida,  es como ese dado que da vueltas y  no sale el número que imploras de rodillas. Esas biografías que van y vienen  y se pasan de la casilla y tienes que retroceder. 


Como tú como  yo, como  a todos.


Pero, en fin, que nos quiten lo jugado con esas personas  tan queridas, entre risas, confianzas y azares.