Uno poco a poco se ha ido conociendo a sí mismo. Y ahora toca brindar por este martes más martes que ninguno.
Brindo por ti , para que aflojes la rienda del corazón y se desboque, que ya le sangra el bocado.
Brindo por ti que tienes ganas de y no te atreves, para que hagas como de niño, que saltaste desde ese trampolín gritando " ¡mira, papa!
Brindo por esa mujer que sigue creciendo esquivando las rutinas y que cuando su hija le dice " papá es raro, verdad mamá?" contesta " sí hija, papá es muy raro ".
Brindo por ese cura que a pesar de todo , de él, de su Iglesia y esos beat@s que les corroen los escrúpulos sigue creyendo que hay un Dios que le empuja el columpio de su vocación.
Brindo por ti, que siempre vas detrás de lo que sientes. Que palmas cada dos por tres y aqui estás.
Brindo por tus tormentas, tus desiertos, tus huracanes. Tus naufragios , los atajos que te llevaron a ninguna parte.
Brindo por tus cornadas, tus cicatrices y tus blasfemias. Por tus fracasos y tus mentiras.
Brindo porque no te explicas como cantas aún.
Uno sabe lo vulnerable que es, lo fácil que resulta caer , sobre todo si uno pone todo lo que hay que poner, sin medida .
A uno le gusta bailar de verdad y muchas mañanas lo hago . A uno le gusta beber a morro y sin respirar . Besar hasta desgastar. Hablar sin desmayo y contar historias. A uno le pasa enamorarse a lo bestia y decir tonterías si a una farola le ponen una falda...
Y cuando pones tanto en todas esas cosas lo más normal es que salgas corneado , vapuleado, y volteado .
No hay comentarios:
Publicar un comentario