EL TÉMENOS. LUGARES SAGRADOS.

Soy de los que piensan que hay algunos lugares extraños que son sagrados en sí mismos. Sitios donde se abre una especie de pasillo invisible para comunicarse con la divinidad, con la trascendencia, o lo sagrado. 

Un puente entre el ahora y lo eterno. 

Y así lo han creído los hombres de muchas culturas, religiones, creencias , y de muchos y distintos lugares.  Aquí, en Galicia, hay una cultura muy extendida en bosques y tierras, en montes ocultos , de Petroglifos. No se sabe exactamente a qué responden:  son grabados que, en la prehistoria, se  escribían sobre las piedras. Los  antiguos  golpeaban las rocas y las descascaraban para dejar ciertas marcas.

Lo que está claro es que en esos lugares,  cerca de casa hay dos que visito con frecuencia, la gente creía más cosas que dejar algo escrito.  Aquullas gentes se comunicaban y, pienso , rezaban a su manera.

Esos lugares los griegos los llamaban "Témenos" , y los escogían para alzar sus templos. 

Uno tiene una suerte de sentido del Témenos: sitios donde sucedieron cosas que parecen conservar una intangible humanidad , una presencia prendida en el aire , un oculto aliento del pasado que siento que no se ha desvanecido.

Me ha sucedido en muchos lugares, y muy extraños unos de otros. Una vez entré en el oratorio que llaman "Del Padre", en Villa Tévere. Iba solo.  Curioseando me perdí en los pasillos de la casa central del opus dei, y fui a parar a él. Me quedé muy tocado al ver el sagrario, una Paloma, y todo lo que allí había dispuesto. El silencio era de una densidad que sobrecogía. O quizás era yo, que estaba muy impresionado, y con la idea de estar en un lugar que tenía mucha historia, y mucha literatura.

Sea como fuese, me arrodillé, besé el suelo, el reclinatorio , una reliquia de san Pio X, creo, y recé como en mi puta vida lo había hecho antes.

He estado en otros sitios así. En Guatemala visité el cementerio de Chichicastenango. Todas la lápidas están coloreadas de los colores mas inverosímiles. Y allí presencié las oraciones de un chamán, con una familia que lo había contratado, rezando y ofreciendo inciensos y celebrando una ceremonia que mezclaba muchos ritos. También me impresionó.

Me gusta estar en lugares donde tiempo atrás sucedió algo que me ha emocionado. Por ejemplo, visitar de nuevo, y recorrer pausada y tranquilamente, los pasillos vacíos del colegio del Salvador, jesuitas de Zaragoza. Allí estudié. Allí huele mi adolescencia.  Lo mismo me sucede con calles donde viví en Zaragoza. Puedo nombrar mis pecados, rezar mis secretas aspiraciones, recitar los nombres que amé.

Por  esa razón regreso a muchas montañas, a valles que conocí  de chaval, a iglesias  donde pedí milagros que no se cumplieron...

Los que no habéis tenido a suerte de disfrutar de vuestro particular Témenos , no sabéis las hondas emociones que se pierde...aunque, me temo, este Barullo está petado de gente como yo, que sí sabe de qué hablo.