Siempre creí que la señal clarísima de lo humano fueron los enterramientos. Los animales no entierran a sus cadáveres.
Leo que la antropóloga norteamericana Margaret Mead contaba que el primer signo de civilización en la cultura antigua fue un fémur fracturado y luego sanado. Explicaba que en el reino animal, si te rompes una pierna, irremediablemente mueres. No puedes huir del peligro, ir al río a beber, ni buscar comida, y te conviertes en una presa fácil. Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso sane. Por ello, un fémur roto, que se ha curado, es la prueba de que alguien se ha tomado el tiempo para quedarse con la persona accidentada, le ha vendado la herida, la ha llevado a un lugar seguro y la ha ayudado a recuperarse.
Ayudar y cuidar a alguien cuando tiene dificultades es el momento en que comienza la civilización.
Hoy, que vivimos tiempos de soberbia y alardeamos de autosuficiencia y autonomía legislamos leyes de una crueldad extrema. Matamos in útero al feto con la mili hecha en el vientre materno , y legislamos la muerte de nuestros mayores. Y todo ese plato asqueroso se presenta con frases mullidas como el lomo del borriquito de Norit. Agarras conceptos negativos y los vuelves positivos sólo con asociarlos sólo conm asociarlos con la palabra "progresista". Todo lo bueno es progresista. La defensa de los animales es progresista. Los cojones de Jorge Javier son progresistas. Hasta el cojín de la silla de Echenique es progresista.
Insertar la palabra progresista es como acogerse a sagrado.
La vida se encarga constantemente de demostrarnos lo frágiles y vulnerables que somos los seres humanos. Contra el individualismo, un baño de realidad (una enfermedad, un accidente, un contratiempo,…) nos muestra la necesidad del apoyo mutuo. Gracias a la ayuda mutua las sociedades humanas han podido sobrevivir y extenderse, han evolucionado. ¿ Qué seríamos sin los demás?
Si la vida es impredecible y puede derrumbarse como un castillo de naipes en cualquier momento, sólo nos queda reconocer y entender nuestra enorme fragilidad, transitar los momentos difíciles y confiar en que como seres civilizados y evolucionados, vamos a contar siempre con la ayuda de alguien. Eso nos llena de valentía ante la adversidad.
Hay una cifra alarmante y dolorosa cifra : 4.030 suicidios del año 2022. ¡ Qué más da!: para nuestros gobernantes las muertes dejan de importar cuando se disuelven en estadísticas.
Demasiados fémures rotos.
Puedo compartir algunas de tus afirmaciones. Pero también debemos aceptar que el conservadurismo no es la solución a todo, ni mucho menos.
ResponderEliminarDices confiar en que vamos a contar siempre con la ayuda de alguien. No es eso lo que dice la soledad que asola a esta sociedad, sobre todo la soledad de los mayores.
ResponderEliminarIntento ser optimista, lo soy y, aunque no creo en las ideologías, sí lo hago en las personas. Y hay muychas y muy buenas y en todo el mundo.
ResponderEliminarPues no lo parece a tenor de tus escritos. Más bien das la impresión de que todo está muy jodido.
EliminarPorque me refiero a ideologías. en las que incluyo al cristianismo como un camino de fariseos, de poder, de dinero, en fin, lo de siempre. Un cristianismo que de cristiano no tiene nada.
ResponderEliminarPero las personas son otra historia.
Bienvenido al planeta Tierra, sede del Homo Sapiens.
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