lunes, 7 de agosto de 2023

EL QUE HA PROBADO GALLO , YA NO QUIERE GALLINA.

De las mujeres uno ha aprendido mucho. 


Soy un hombre que mi madre llamó Adán desde casi casi haber nacido. Y yo  daba por hecho que era , eso, un  Adán. No me afectaba mi autoestima.  ¿Por qué?  : pues porque lo era.  Tengo tres hermanas. A las mujeres, nada más nacer, cuando les hacían los agujeros de los pendientes , les inoculaban de el chip de " preocuparse por todo". El chip de "cuéntame que es lo que te pasa. Y también el chip de " yo tengo algo de bruja". 


Mis hermanas eran de esas.


Y a uno le  educaron en la ceguera absoluta . Si resumo mi vida , al menos hasta los cuarenta años, he sido un tío que me pusieron un chip  de no enterarme de nada de lo que sucedía a mi alrededor. Salvo de mi pene. Porque esa cosa me  ha dado mucha guerra. 


Cuando tuve líos, afectivos , pero nada serios, alucinaba con ellas. Estaban en el detalle. Sabían mis gustos, la fecha de mi cumpleaños, el nombre de mi madre, me  invitaban a comer cosas que me gustaban , sus regalos tenían siempre una razón, un algo personalizado...y yo, nada. A mi bola. A follar. 


- ¿ Cuál es el color que más me gusta?- me preguntaba una.


-  Color, color...ni idea, ¿ el verde?


- Pero si te lo he dicho mil veces.


Después me enamoré. Y la cosa cambió, porque cuando convives aprendes a base de bien.  Porque  ella sabía hasta qué calzoncillo me picaba, y  hacía  canalones porque me chiflaban. Y yo, que mira que me gustan las tetas, no sabía la talla del sujetador  que tenía. Pero fui aprendiendo.


Y si alguien me aconsejaba que le regalase un perfume - porque a  mi no se me ocurría- le  compraba un " Dama del Tufo",  y me decía:


- ¿Pero tú me has visto alguna vez usar perfume, ganso? 


Ella me recordaba que le comprase unan blusa a mi madre por su cumpleaños ( que yo no recordaba la fecha, por cierto), y no un cenicero. 


Pero fui aprendiendo. Tenía una ventaja. Al dejar mis deberes de compromiso de celibato apostólico, me quedé sin amigos. Y  eso facilitó las cosas. Normalmente, los tíos pasan de las amigas de su mujer , y  quedan entre ellos a hacer cosas de la tribu de hombres.  A veces ellas les engañan y les dicen de ir al cine a ver "Orgullo y prejuicio", y los tíos creen que es " Orgasmo y prepucio" y van, y luego la cosa resulta ser un coñazo. 


Pero yo no. Compartía amigas. Y allí aprendí mucho. Hablan de sus cosas, y uno  pone la antena. Recuerdo una, se llamaba Henar, que decía  " a mi Juan les gustan películas donde exploten cosas, o que se siente un tío en el wáter y salte por los aires. Cuánto más se rompa , más peliculón". 


- El mío sólo me acompañaría a ver "Mujercitas"  si salen cuatro hermanas luchando en el barro.


Y yo  ponía cara de rarito escandalizado. ¡ Con lo que me gusta ver tías luchando en el barro!


Pero aprendí mucho de ellas. 


Ahora estoy yendo a revisión médica  cada cuatro meses por el asunto de la fibrosis pulmonar que, por cierto, ahí sigue, pero latente. No se manifiesta. Y sólo habla mi señora: que si me repite el chorizo, que si ronco , que tengo la voz  así, que si respiro asá...si Maradona hubiese tenido una mujer como la mía ahora estaría vivo:


- No te chutes droga y deja el canutillo ya, Armando, y come fruta, que te estás poniendo  cebón, tripón.


Tengo un  conocido en el gimnasio que me comentó:


-  De mi mujer me enamoró el culo. ¡ Qué culo tenía! Y , ahora, me lo  pone delante y me parece que ha saltado el airbag del camión. 


Este , hace unos días me dijo en el vestuario, mientras se secaba los dallonsus :


- ¿ Te has fijado que cada vez hay más maricas? Yo creo que hay algo allí que nos estamos perdiendo, macho. 


Y uno que estaba escuchando , ya de recogida,  dijo:


- El que ha probado gallo , ya no quiere gallina. 



   

6 comentarios:

  1. mezclar las cosas del comer con las cosas del joder puede tener consecuencias muy extrañas es como aquello de estar dormido o estar durmiendo.,parece lo mismo pero si usamos el verbo joder las cosas cambian de una manera dramatica. hay que ir con pies de plomo

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  2. Siempre pensé, seguro que lo leí, que las cosas del comer no te importaban nada, era solo cuestión de llenar el buche, lo que fuera o fuese para meter entre pecho y espalda. Lo del joder sí lo tenía claro.

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  3. Y es verdad. No tengo gusto y necesito sentir comidas fuertes. Durante años sólo echaba comida por el agujero de la cara.
    También es verdad que al dejar de fumar algo mejoré

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  4. Pues lo que te has perdido! De lo uno y lo otro…

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