LA PALMADITA EN LA PIERNA.

Cuando regresé de Guatemala me contrató Urelles. Años antes había trabajado  para él - con esta gente nunca trabajas " con ellos".  Quería que le presentase todos los contactos de mis años en Serunión, donde pisé moqueta y partí la pana.

Intuía , no conozco nadie peor que ese hombre en sus intuiciones, que si Serunión , que son tan listos, no sólo no me habían despedido, sino que me habían ascendido, él sabría sacarme partido.

Y me pasé dos años seguidos, dos, llevándole de aquí para allá, presentando toda mi lista de contactos. Fue una matada, Madrid, Barcelona, Castilla y León, Asturias, Andalucía, Galicia...en fin, un futimén de visitas.

No contratamos nada. Nada es nada. 

Cada vez que teníamos una visita comenzaba yo presentando a la empresa , al Urelles, su proyecto, y cuando iba a dar una pincelada de color al tema que veníamos a proponer , aquel hombre, sin cortarse un pelo, me daba una palmadita en la pierna, decía " perdona", y seguía él , dejándome con la palabra en la boca.

Así siempre. Así en todas las visitas. Palmadita  en la pierna y , hala, colaba su rollo. 

Más de uno, que eran amigo mío, me decía " ¿ cómo puedes aguantar que te dé golpecitos?". 

A los dos años mi crédito estaba fundido. Y sentía que, o reaccionaba , o me quedaba en la calle.

Urelles tenía  unas cuántas empresas más. En una de ellas  - una empresa de Wifi de Alta conectividad-  en la    había invertido una morterada y no recuperaba la inversión porque aquello estaba mal dirigido, mal diseñado comercialmente, y porque , vamos a decirlo todo a calzón quitado , era una mierda , un cachondeo, y una casa de putas. No vendían un churro.

Su director era un tío que le habían dicho muchas veces que era un genio y se lo  creía. No lo era. Pero sí listo. Y le propuse probarme de comercial en  su empresa y dirigirla sólo al sector de la Educación. Sólo y exclusivamente. Y comenzamos el baile.

Fui con él a los mismos lugares, mismas empresas, y mismas personas que  los años anteriores con Urelles. Y fue una fiesta, una orgía de contratos. Nos lo comimos todo. Rompimos el mercado. No quiero pegarme moco, pero hoy esa empresa en el sector de conectividad  de Alta Disponibilidad en Educación es la P.M.H . ( La Puta Maravilla Hindú). Una de los líderes.

Y Urelles me preguntaba qué había sucedido, ¿ cómo es que con él no contrataba nada y con éstos sí?

Nunca se lo dije. Hoy, ya lejos de todo ese mundo, puedo  dar el secreto de la eficacia comercial, y de ser el el P.A.B. ( el Puto Amo de la Barraca).

- Que  el segundo no me daba golpecitos en la pierna, pringao . No me interrumpía. Por eso nos contrataban.