Las personas que he conocido y que más me han enriquecido han sido las que encuentran el motor de su modo de vivir en el servicio. Y les mueve algo más que el sentimiento . Les atribuimos demasiado poder a las emociones, y muy poco a las decisiones.
Me dijo don Ezequiel, un sacerdote libre, que la vida se medía en tiempo, pero se vive en personas.
A este tipo de personas todo lo demás les daba igual: reconocimiento, agradecimiento, o interés.
Pero, ¡ ay!, son tan pocas esas personas.
Lo he visto en las madres. Dicen que todos necesitamos dos cosas: que se le entienda ,y que se le quiera. Pues he conocido muchísimas madres que se la suda que les entiendan o que les quieran. En hombres, poquísimos . Estamos mal cocidos. Nosotros los hombres necesitamos ser entendidos , y cuando sentimos eso, que nos entienden, sentimos una liberación interior muy grande. Y si nos sentimos tratados con afecto, que se nos quiere, entonces, es que lo flipas.
Pero allí puede haber mucha trampa. Hay quien puede entrar en nuestro corazón y en nuestra vida abriendo y entrando en nuestro interior con una ganzúa. Con engaños. Simulando que te entiende , y no te entiende. Fingiendo un afecto que no siente.
Para mi la medida de las personas está en el servicio a los demás. Con ganas, o sin ellas.
Un poco de hueva el artículo de hoy
ResponderEliminarSorry...cada vez somos más y conviene repetir ( ya sabe, la psicología del anuncio)
EliminarDon Ezequiel, un alma grande.
ResponderEliminarYa sabéis, aquí somos todos amigos.
ResponderEliminarA menos que uno diga lo contrario, marinero!
Eliminar