Una vez escuché a una persona al ver las ofrendas de flores a la Virgen del Pilar: " ya me habían dicho que se gastaba la gente aquí un dineral en flores".
Ese hombre no tenía ni puta idea de qué va la fiesta. Era catalán, sin ánimo de señalar. No era Urelles, conste.
Pienso que la mayoría de la gente cree que sabe lo que desea. Y no siempre es así. Muchos nacen programados por su cultura, su familia, su religión, su papá. Uno piensa, por ejemplo, que le gustaría ser un médico famoso, o profesor de universidad, o ministro, pero su verdadero deseo, que él no conoce en absoluto, es ser un simple y buen jardinero.
Conocí un director de uno de los colegios donde anduve que me confesó , casi entre lágrimas, " yo, de verdad, lo que quiero ser es cocinero. Y estar en un despacho, dar clases, soportar padres y profesores me parece una tortura".
Otro piensa que le gustaría ser rico o poderoso, pero su verdadero deseo es ser payaso de circo. No es una boutade. A un padre de Viaró que conocí mucho , tenía muchos negocios hoteleros , le hicieron un golpe de estado dos seres humanos. Eran altos directivos de uno de sus hoteles un tal Gustavo y un tal Agustín. Le tangaron una morterada.
Este Agustín me contó que , una vez dieron el golpe y abandonaron el barco, fueron a ver al jefe y le dijeron :
- ¿ Te acuerdas cuándo eras pequeño y tu padre te llamaba a su despacho?. Nosotros te preguntábamos qué querías ser en tu vida...y tú siempre contestabas " yo payaso, papá" .
- Pues lo has conseguido. Eras un payaso.
Mucha gente piensa, también, que desearía de verdad que a todos los seres humanos del mundo les fuera bien, que todos fueran amables con los demás, que triunfara la verdad y reinara la paz… Muchos de ellos se asombrarían si conociesen sus verdaderos deseos.
Sólo creen que desean todo eso porque les gustaría verse a sí mismos como personas virtuosas o buenas.
Pero el que les guste no significa obligatoriamente que lo deseen de verdad. Sus deseos reales se orientan a menudo hacia otras cosas completamente distintas; incluso a veces justamente hacia lo contrario. Por eso jamás están real y completamente de acuerdo consigo mismos.
Muchos hombres, por ejemplo: sólo ven " un dineral en flores " .
Un dineral en flores muy bien empleado en una fiesta de orgullo de ser de donde se es. Un dineral que sirve a buenos jardineros, de los de verdad , a pasar unos días más tranquilos. Un dineral en flores para la Patrona.
ResponderEliminarUn catalán.
El protagonista de la entrada de hoy (hotelero) aunque era muy culé siempre estuvo muy próximo al Betis (tú ya me entiendes). Tanto es así que no sé si alguna vez llegó a militar en las filas del Betis, como ha sucedido con otros próceres de la ciudad de los prodigios.
ResponderEliminarNo. Nunca fue
EliminarEn mi época bética de Barcelona se le mencionavba a menudo en las tertulias de algun(os) centro(s) como ejemplo de persona no bética pero muy afin a la causa, no en vano pagaba alguna(s) becas del CE y cosas varias a lo largo del año y era puesto de ejemplo de empresario modelico.
Eliminar¿Modélico?
EliminarCon flores a María, que madre nuestra es.
ResponderEliminarQuiso el destino que el 19 de agosto de 2017, dos días después de los atentados de Las Ramblas, yo anduviera de paso por Barcelona. En unas horas libres quise pasarme para conmemorar a las víctimas y rezar por ellas. Era primera hora de la mañana y, apenas día y medio después y ya a esas horas, el turismo cosmopolita había vuelto a anegar Las Ramblas. Una verdadera riada de gente de todo acento y pinta. En los puntos donde se habían producido fallecimientos se habían depositado ramos de flores. Ante ellos, los turistas se hacían selfis en varias filas. Algo así como esos mares de cogotes nipones que a diario se forman ante “La Gioconda” en El Louvre, sólo que aquí en vez de cogotes nipones idénticos eran caras de selfi de toda procedencia. El turismo se había tragado incluso al terrorismo islámico, y pienso que si algún islamista hubiera visto aquello se habría deprimido.
ResponderEliminarComo recordaréis, la furgoneta de los atropellos, perdido el control, acabó deteniéndose sobre un mosaico de Miró que hay en medio de La Rambla. Cubriendo totalmente el mosaico se había acumulado toda una montaña de ramos que muchos habían llevado. Esa montaña de flores estaba rodeada de gente en silencio, yo entre ellos. De pronto, abriéndose paso, aparecieron dos hombres trajeados y encorbatados portando un cuadro floral enorme sostenido sobre un caballete. Andando de puntillas sobre el mar de ramos, colocaron el caballete en el centro del montón. En el cuadro floral se leía: «En memòria de les víctimes. Floristeria Rossell. Via Laietana, 32» (nombre y dirección cambiados). Y yo pensé para mí: «Esto se llama “inversión”».
Me pongo de pié y aplaudo este comentario
EliminarSi Urelles tuviese una floristería esa ofrenda le pega
EliminarEl ínclito rey mago, el rubio que venía de Asia según la leyenda y nunca fue del Betis, arruinó todo lo que tocó. Todo es todo. De hecho le llamaban el anti-rey Midas, pues, a diferenica de este, todo lo que tocaba se iba a la mierda.
ResponderEliminarSoltaba pasta al opus para que lo tuvieran bien considerado, compraba imagen. Eso sí le importaba, narcisista inepto, pero narcisista. Y lo perdió todo, lo suyo y lo de mucha otra gente.
El único “mérito” que atesora es ser el único caso que en un concurso de acreedores -el de su empresa hotelera- el administrador judicial aconsejó al juez que inhabilitara al personaje de por vida.
No sé cómo sería el Joan G, pero menudo fill de puta el tal Agustín.
ResponderEliminarPero de los gordos.
EliminarEstuvo en la cárcel
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No acabo de ver el tema de las flores, agradeceré un aclaramiento.
ResponderEliminar(Lo digo porque eso de regalar flores de forma anónima no es precisamente lo usual)
Cierto, no veo en los funerales corona alguna sin nombre.
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