Fui invitado a una visita al Convento de las Carmelitas de Santiago de Compostela. En marzo se van, después de casi trescientos años desde su fundación por la venerable Madre Antonia , conocida como la "Monxiña del Penedo".
Le debo algún favor a esta mujer. Extraordinaria toda su vida. Nació en Cuntis, en un molino muy cerca del río Umia, en un lugar que llaman "El Penedo" ( la peña). Aún se conservan allí los restos de la casa donde vivió. Es un lugar que desprende un algo muy especial. Mucha gente se acerca allí sólo a estar.
Leí su autobiografía, unas memorias que por obediencia escribió. Son más de mil páginas , apasionantes, una aventura interior y exterior , muy amena y, a veces, difícil de creer. A mi me ganó definitivamente.
Era mística y, como todos los místicos, sus cosas son de otra dimensión. Comenzando porque leyó y escribió por ciencia infusa. Y a partir de allí, imagina lo que quieras. Pero conmueve, maravilla, y enamora.
Nos enseñaron la clausura. En el convento están cinco monjas. Hay mucha luz en esas miradas, mucha alegría en sus sonrisas, mucha paz en sus gestos, presientes mucha vida interior, una sencillez que pasma, una pobreza que no grita.
La verdad es que sales de allí diciendo " ¡joder, qué pequeño soy, soy una mierda!".
Lo que más me emocionó, me llegó muy dentro, y reavivó mi fe, fue el momento que me acercaron al sepulcro donde está enterrado el cuerpo de Madre Antonia. Delante había un reclinatorio, que era donde rezaba la Venerable, y un crucifijo, el que usaba ella, y el que tuvo en sus manos al morir. Y, posada en el reclinatorio, una capa. Esa capa era la que ella usaba . Y es la que cubrió su cadáver. No había sido lavada desde entonces, aunque estaba muy limpia ( la verdad es que pensé " caramba, trecientos años sin lavarse, y la cantidad de monjas que la habrán venerado" ) . Ellas , una vez al año, el día de su fiesta, se la ponen y rezan delante de su tumba.
Y la monja me animó a que, si quería, me arrodillase delante del sepulcro, cogiese en mis manos el crucifijo, ella me pondría la capa sobre los hombros , y rezase.
Y lo hice. Me impresionó. De rodillas pensé "¿ Y qué rezo ahora?". Y acordé de dos personas que lo están pasando mal. Muy mal. Y también pedí vocaciones para estas monjas.
He encontrado uno de sus libros. He leído el primer capítulo. Ella es original.
ResponderEliminarArchive.org Edificio Espiritual
Su autobiografía es maravillosa. Una vida de una intensidad llena de aventuras, y de una profundidad espiritual que pasma.
EliminarAventura interior, qué expresión tan interesante. Puede ser la aventura más grande, esa de conquistarse a uno mismo.
ResponderEliminarAhí le has dado!!!
ResponderEliminarPor casualidada viví algo muy, pero que muy parecido, casi calcado. Pero se llamaba ella distinto y era de otra orden de religiosas. Pero pondría más ejemplos parecidos.
ResponderEliminarLa cuestión es que, muy a pesar nuestro, sea como sea, esto se acabó, ni nuevas vocaciones ni más continuidad a lo que en su día fue lo que fue. Vienen nuevos caminos, nuevas formas, es evidente…
El problema es que mirando para atrás somos incapaces de facilitar lo que hay por delante. Quizás seamos nosotros el tapón, por nuestro temor a lo desconocido.
Lo que debemos tener claro es que Dios no teme las novedades.
Buen cometario. Gracias.
EliminarSi van a vender anima a q no se dejen engañar... hay algunas empresas y despachos q se clasifican como católicos y expertos... que les roban literalmente.
ResponderEliminarCierto, como el bufete del Cremades, que dijo a la Conferencia Episcopal -que le había encargado un informe sobre el alcance de la pederastia en el seno de la Iglesia en España- que solo les cobraria por gastos de desplazamientos y dietas. Al cabo de pocos meses les pasó una minuta de más de 1 millón de €.
EliminarLos mismos obispos, en teoría aliados, les sentó como una patada, una estafa.
Todavía no han entendido lo qué es el OD y su mundillo.
Bueno es que en las dietas están los honorarios. Pardillos.
ResponderEliminar134 abogados tiene Cremades y no son capaces de entregar un informe en tiempo y forma! El problema no son ellos sino los ingenuos que se dejan embaucar.
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