LA BANDA SONORA DEL PADRINO.

Uno  ha  visto    tantas  películas de la Mafia que  puede  adivinar  cuántos timbres están  tocando en las casas  de  políticos  corruptos  aún  por  descubrir, cuantas  cabezas  cortadas de caballos preparadas  para  ocultar  entre  las sábanas de  un  vicepresidente, cuantos correos  guardados con una obscenidad que oculta codicias poco ejemplares.

Cuando vas  con mala  gente  traicionar lazos de sangre, esos   que vienen de haber formado parte del núcleo duro de la misma organización durante décadas y, donde has  compartido los mismos secretos y la misma embriaguez por el poder, se paga muy caro.

Lo   vemos  a diario : Cuando Michael Corleone descubre que su hermano Fredo le ha traicionado en la segunda parte de El Padrino, lo ejecuta sin piedad en el lago que hay frente a la casa familiar. Nadie puede escapar al castigo cuando traiciona a la mafia.

Eso es lo que le está sucediendo a nuestros políticos, sindicalistas, empresarios, guardaespaldas, que creían que podían aprovecharse de su proximidad –intimidad- compadreo  de  amiguetes de partida  con  el  poder.

Ellos  dicen  que no, pero es que sí: toda la estructura política de  este país está podrida. Ayer fueron los ERES, antes de ayer la PP, hoy Ábalos , Koldo, y tiro porque me toca.

Todos los casos son paradigmáticos . Tiene  gracia ver como se  parecen unos  a  otros : Noos, Púnica, ERES, Palma. El de  Bárcenas  resume muy  bien el  merdé:  Bárcenas no está dispuesto a ser «fuerte» y a comerse solo el marrón. El ex tesorero era quien hacía el trabajo sucio, el que pasaba por los casinos para recaudar mientras sus jefes apostaban con ese dinero en la carrera de caballos de la política. 

Hace nada estaba el Tito Berni- insigne putero. Hoy le siguen una mordida de ratas a la carrera.

Siempre  es  lo  mismo:  no estamos ante un chantaje al Estado, sino ante un ajuste de cuentas entre miembros de la misma banda. Ábalos está rompiendo la sagrada ley de la omertà, pero lo ha hecho porque Sánchez  le ha dejado tirado después de intentar persuadirle de que dimitiera y no hablara.

Le han halagado y prometido que saldría impune, le han enviado todo tipo de mensajes para que no cantara, pero Ábalos sabe demasiado y se ha dado cuenta de que le querían convertir en un chivo expiatorio. 

Como no asume ese papel, todos  han  ido  a  por él,  y nos dicen que todo lo que sale de su boca es mentira. El propio miedo que le tienen los delata.

Estos días , cuando  veo el Congreso  suena la banda  sonora  del Padrino.