OTRA FORMA DE VIVIR ESTA VIDA.

Ayer me llamó un lector. Andaba uy cabreado con lo de Puigdemont , Illa y  eso. Vive allí.  Le animé a que eduque a sus  nietos - los hijos ya son mayorcitos- a largarse de allí. 

La  noche que dejé de vivir en ese "petit país dallá dalt"  , después de décadas ,  hice las maletas y desaparecí de Cataluña. Cansado y harto de tanto histérico victimismo, asqueado. Ganaba yo.  Para mi Cataluña ya es  como la “P” en Psicología. Ni la pronuncio , ni me importa.

Y le dije que no entendía por qué tanto esperar de la política. Todo es una mentira.  Este tío era muy del PP.

Mariano Rajoy . Aunque todo viene de muy lejos.  El tío llegó con mayoría absoluta. Estuvo del  2011 al 2018 tocándose, literalmente, la polla a dos manos. Dejó su escaño vacío y puso un bolso. Por cierto, ¡ vaya puerta giratoria se ha buscado Sorayita!

El PP fue  cooperador necesario del caos y de la ruina que  tiene esta país encima. Son la misma mierda , pero en duchaos.

Con la mayor concentración de poder de la historia de la democracia : mayoría absoluta en el Congreso, mayoría de autonomías y mayoría de diputaciones y no hizo nada, absolutamente nada. Salvo llevar a cabo la mayor subida de impuestos hasta la fecha. 

Y un VOX - mi amigo se refirió a ellos-  que no hace más que pegarse tiros en el pie. No toda irracionalidad es fácil de combatir.  Vox ha consumado su giro extremista y ha decidido  ser un partido inútil para forjar alternativa a Sánchez. Conozco muchos votantes que respaldaron a Vox en con la idea de sujetar al PP a determinadas convicciones. Para todos ellos, Vox ha dejado de ser un partido fiable.

Vox- ¡ el colmo!- agasajado por la internacional putinesca. Abascal ha colocado el partido   al margen de la realidad y de cualquier utilidad. Se consolará a lomos de su corcel "Principios" y no sabe que, como Babieca, lleva un cadáver en sus lomos.

Le animé - aquí o he escrito muchas veces- a vivir de espaldas a ese mundo. Hay vida fuera de la política, de las televisiones y los medios, hay vida fuera de las instituciones. 

Lo escribí hace unos días en una contestación a Prisciliano.

Una creencia judía afirma que en cada época en la tierra aparecen 36 justos. Nadie les conoce, ya que se confunden con los hombres comunes. Ellos llevan a cabo su misión en silencio, que no es otra que sostener el mundo con la fuerza de su misericordia. 

Vivimos entre gente que se autoproclaman  buenas personas , con su pizquita de cosa heroica. En el caso de los políticos es asqueroso.

Conviene no olvidar que una de las enseñanzas de esta fábula es que ninguno de esos justos discretos que sostienen el mundo sabe que lo es. 

Estamos hablando de personas sencillas, humildes:  el tipógrafo que compone una buena página, el panadero que trabaja bien, o el maestro honrado que dedica más tiempo de su horario cuando se le necesita, el taxista que no engaña en la carrera , el poeta que cuenta con cuidado las sílabas de sus versos, el jardinero que poda y abona sus plantas. 

Esas acciones las que sostienen el mundo. Son los nuevos justos, ninguno actúa con apatía o indiferencia. Para ellos el bien es algo tan sencillo como mecer una cuna para que un niño se duerma.

A veces pienso que  el verdadero héroe es el que dispone apacible esos detalles pequeños cada mañana para los que ama.

De pequeños recuerdo a mi padre - estoy convencido de que pertenecía al equipo de los justos-  frotarse las manos con romero o espliego y nos lo daba a oler.

- Así es el corazón: cuando  dos manos lo frotan, ofrece todo su perfume.