BAUPRÉS. EL INODORO. EL NECESER.

Cuando estaba en Bauprés vino a pasar unos días un ser humano muy principal . Era un apellido de esas familias catalanas de abolengo, de alta cuna, muy piadosos, que se cruzan los cachorros desde bien pequeñitos, que acostumbran a pacer  de los mismos prados, y cuya estructura  está entre la secta , la parroquia, la facción y la cábala. 

Las ramificaciones de sus raíces son extensísimas, su fidelidad al clan  , de perro. No hay fisuras. El entramado empresarial es de aúpa. Cada uno allí tiene su función en el organigrama.   Puede ser una red de empresas del textil, del mundo editorial, de  los inodoros, inmobiliario, de los espumosos, aceitera, aceitera.

Uno se pierde  en ese cruce de camadas, de razas pura sangre , híbridas bastantes de ellas, pero todos unidos por un común denominador: la pasta. 

Este que vino era un directivo del mundo del inodoro. No conozco nadie en este país que ni haya obrado en uno de sus wáteres.  Era una especie de  Samoyedo , una raza muy exclusiva de perro que se da en la prelatura: originario de los pueblos seminómadas, con bula , que hace lo que le peta. Es una raza de numerario  muy resistente al duro clima de la Prelatura y que anda de aquí para allá sin peajes ni criterio alguno, excepto el de ir a su bola. Es independiente, amigable, inteligente, con gran voluntad, resistente y pijo. Muy pijo. 

Estuvo dos días. Él es de Barcelona, pero vivía en Madrid. Bueno , viajaba por el mundo, y de vez en cuando paraba en Madrid. Lo tenía todo , el tío.

En una de las tertulias le acorralamos a preguntas al saber que se dedicaba al apasionante mundo que nació con un agujero en el suelo y ha ido evolucionando en redondos, cuadrados, de tanque alto, bajo, el inodoro suspendido , el que se empotra en la pared que es muy bueno porque puedes fregar el suelo. De asiento amortiguado, el que cierra la tapa lentamente...Yo era el director , y a mi la mierda siempre me ha  tirado. Soy muy escatológico. Y el que manda, manda.

El hombre no se encontraba cómodo en la tertulia, más que nada porque las preguntas no eran - ¿ cómo lo diría?- técnicas. Eran bastante a "calzón quitao" ( nunca mejor dicho).  

Allí supimos que el inodoro  inteligente - el tío no dijo "wáter" ni bajo tortura, ya no digo cagarro, trullo, o chorizo-  era la apuesta de futuro de su empresa. Inodoro inteligente que nace en Japón y que incorpora calefacción. 

Yo apostillé: " o sea, que te sientas y notas ese calor templado, agradable que hace que la obra sea más agradable, confortable. Y, encima, evitas gastos de agua, de papel higiénico y hace más sostenible el mundo".

Me miró como diciendo " ¡ una corrección  fraterna , ya, para este cabrón!".

Yo aluciné con el colega. El cagadero  tenía también ventilador y mecanismo catalítico para evitar olores. 

- O sea, que sales y hay alguien esperando y dice ¡madre mía que biennnnn! 

Le hicimos todo tipo de preguntas, "¿pero cuántos botones tengo yo que tocar para que el chorro limpiador vaya hacia aquí o para allá? ¿ Vais a poner   música relajante de Mendelson, o una de Lluis Llach y , por qué no inventáis algo que incorpore  sonidos para camuflar sonidos?

Cuando el baranda regresó a Madrid olvidó en su habitación el neceser. Me llamó por teléfono y me lo comentó:

- ¿Podrías hacérmelo llegar, por favor?

- Ok. Tranquilo.

Cuando vi el neceser del "Caganer Broadcasting Premium" aluciné. Era un Travelite Orlando con gel de botecito y champú de un hotelaco guapo. Exfoliante .  Hidratante corporal. Desodorante marca "Polli'ns". Aqua  de Colonia " Chúpame la oreja". Y una pasta de dientes de Bugs Bunny, el conejo de la suerte.

Volví a llamarle.

- ¿ Estás seguro de que te lo dejaste aquí?

- Más que seguro.

- Pues no lo encuentro.

- ¡ Joder, ¿cómo que no lo encuentras?

- ¿ Era la habitación del fondo del pasillo?

- ¡Esa misma!

- Pues nada.  A lo mejor ha sido la administración.

- ¿ La administración un neceser de  hombre?....¿ para qué lo querría?

- Para su novio, ¡ yo que sé!: es que no son de casa.

Estuve oliendo guapo un mes.