Días antes de fallecer Joan Valls me envío un watsap de voz. oan Valls fue un buen amigo, profesor y compañero en mis primeros años en Viaró. Dio muchas vueltas en su vida, buscando ser el mejor Joan. Unos meses antes de morir hablamos, y unos días antes de irse para siempre me envió un watsap de voz:
" Hola, hola, Suso y María José, ¡ qué maravilla... mujer de quilates! Pues sí...vale, no hay medida, y Dios siempre a tu lado, porque el amor de Dios nos hace cada vez más parecidos...pero estamos en ello...yo estoy...vamos a ver, muy disminuido..la voz ya se nota, y el resto hace lo que puede, pero tengo muchos regalitos. O sea, que aprovecho a tope. Y después, Dios dirá. Porque he hecho unos cambios interiores que no los puedo contar por allí, aunque ya se me nota, porque voy a otro nivel...ja,ja,ja...más sencillo...TODO ES MUCHO MÁS SENCILLO ( en mayúsculas porque él lo subrayó con la voz, como deletreando las frases)...espero que seáis muy felices, y hasta siempre. Unidos. Hasta pronto".
Joan era un catalizador de personas, en este mundo donde a veces nos cuesta vivir de amar.
Un catalizador es una sustancia que acelera o retarda una reacción química sin participar en ella. Los catalizadores positivos aceleran la reacción, mientras que los negativos la retarda.
Jaume, mi padre , Manuela, Joan Valls, Joaquín, entraron en mi vida y aceleraron en mi , sin moverse de esa cárcel del cáncer, de la ELA, de la Esclerosis, la vida que dejaban.
Cada uno en su vida tiene su particular catalizador: el hijo enfermo, la hija con síndrome de down, el autista, el asistido, la parálisis cerebral, la pareja que te deja cuando no te lo esperabas. Sin ellos, nuestra vida hubiese sido muy distinta. No han hecho nada , aparentemente, pero allí están: salvándonos. del naufragio.
Es increíble. Al nacer este tipo de personas todos piensan que ha llamado a su puerta la desgracia y el dolor. Pasa el tiempo y esa gente han consolado al triste, enseñado al que no sabe, corregido al que yerra y redimido al cautivo. Porque las víctimas de verdad, las que merecíamos la mayor de las desgracias , éramos nosotros : cautivos de nuestro orgullo , equivocados, ignorantes y, sobre todo, tristes, desengañados, y, a veces, desesperados y cínicos.
Atiende, y atiende con cuidado y mimo, a "los catalizadores " de tu alma. De "mi pobre alma" iba a escribir.
Y ahora que el que debería ser catalizador soy yo , tengo miedo. Miedo de no estar a la altura.
Hay quien llama "seres de luz" a personas como Joan. Hay quien posiblemente (yo, por ejemplo) crea que personas como Joan son lo más parecido a lo que llamamos santo los católicos. Y cierto es que con Joan coincidí sólo unos pocos años y lo reencontré más tarde, fugazmente, pero tenía el don de ser el mismo antes, durante y después.
ResponderEliminarJoan fue el único numerario que visitó la casa de mis padres para conocerlos. Y, vista desde hoy aquella visita, el cariño, la delicadeza y el amor que destilaba su ser, sus palabras y sus comentarios, no sólo dejaron a mis padres contentos y tranquilos, sino que a mí me dio una seguridad que en aquellos entonces no tenía.
Un tiempo después, me hizo ver que se podían hacer cosas por desconocidos, que yo ya hice por mi abuela, como hacerle compañía y pasar horas con ella. Muchos años más tarde, lo hice con mi padre y con mi madre.
Y cada vez que publicas su foto o hablas de él, me lamento profundamente de no haberle tratado más y de haber querido parecerme a él.
Como bien dices, se podría decir (y él seguramente lo diría) que él no hizo nada , aparentemente, pero muy sutilmente nos salvó (me salvó) de un naufragio particular, a los 17 años y posiblemente, más tarde. Quizás, sin darse cuenta, supo consolarme ante momentos tristes; me enseñó (prudencia, ante todo); supo corregirme sin herirme. Y espero que realmente esté en una nueva vida que se fue ganando paso a paso a lo largo de su vida. Y, ojalá, algún día pueda reecontrarme con él.
"t
Eliminar" Tenía el don de ser el mismo antes, durante y después".
¡Hermoso!
Coincido plenamente, viví con él en Hz y durante años seguimos en relación y me ayudó en consultas profesionales. Lo defines bien, todo bondad.
EliminarDe lo suyo, los mariquitas suelen ser valientes, pero parece que ese que nos oculta su cara tenga algún problemilla. Debemos perdonarle y respetarle como lo que es, no tanto por lo que esconde.
ResponderEliminarPensar en este tipo de personas como Joan Valls y otras me inspira a poner ya orden.
ResponderEliminarA pedir perdón y perdonar, especialmente a "X", a aquel caso tan difícil, a aquel "cabrón" al que uno perdonaba pero luego... el rencor reaparecía con fuerza.. Perdonarlo, pero esta vez de verdad. Y pedir perdón a quien haga falta, de viva voz o al menos mentalmente.
Quizás mucha gente practica este perdón en el último momento, el último día de su vida, tumbados en su cama se lanzan a pedir perdón y a perdonar. Y eso está muy bien pero...¿por qué no hacerlo ya? El buen estudiante termina sus deberes con antelación, no espera hasta la noche antes del examen.
Se vive mucho mejor con los deberes ya hechos.
A mí me dan pánico los que quieren "poner ya orden" y los "deberes ya hechos".
EliminarCada uno tiene su ritmo, sus vivencias. No pienso que se puedan imponer estas cosas. Yo tengo la suerte de no ser un resentido, aunque me guste contar anécdotas divertidas de cuando estaba en el Opus.
No conocí a Joan Valls, pero me acuerdo que era asesor en Canigó y una sobrina empezó a estudiar violín, por consejo suyo, a los seis años. Duró poquísimo. Luego nos apuntamos a guitarra juntos -cuando salí de la obra- y tampoco duró mucho. Tampoco duramos mucho, quiero decir.
También recuerdo lo de que las madres embarazadas escuchasen a Mozart. Hay estudios científicos según los cuales si las embarazadas escuchan a Mozart el feto se relaja, tal y como propugnaba Joan Valls.
Cuando empezamos en Budapest vivíamos en un piso, todos con camas plegables, como chinches en costura (el dormitorio lo convertimos en oratorio). Éramos dos, luego cinco. El cuarto en llegar, el de Béjar, me pidió una noche agua bendita (se le había acabado). Pues yo no tenía: y el tío se inspiró para poner orden y me pegó otra de esas broncas que tampoco me afectaban pues "Je me fous du monde entier", que diría Piaff.
Le dije que había metido el agua bendita en la botella de after-shave y que por la mañana me lociaba con after-shave Varón Dandy y Bonus Odor Christi, que el apostolado está mejor así, que subo al tranvía y veo que la gente se convierte "motu proprio".
Una noche me escribió un tío al correo, o quizás a mi watsap , y me puso verde como profesor de suyo que fui en Viaró. El tío citaba el Barullo, y me dijo todo lo que tenía allí dentro en mi relación con él. Fue durísimo.
EliminarY tenía toda la razón. Toda. Era de la promoción de Joaquín Romero - entonces enfermo y muy cerca de su muerte. Se apellidaba Matamoros.
sanar aquellas heridas que son tan difíciles de curar en la adolescencia
Me avergoncé de lo que decía de mi. Y , sobre todo, de que aquello que escribía era verdad.
Y, aunque aquel hombre insistía que aquello estaba olvidado, y perdonado, la verdad, siempre he pensado que eso no termina de cicatrizar. Siempre duele ese recuerdo.
Le contesté pidiéndole perdón. Intenté quedar con él para tender puentes, pero no pudo ser..
Es verdad que se vive mucho mejor con los deberes hechos, pero , a veces, el profe no cree que estén bien hechos.
Yo, si supiera a quién, también pediría perdón.
Esto me recuerda a una cosa de Evelyn Waugh, una cita que encabeza uno de sus libros; lo cito de memoria, puede que no sea así: "Una pequeña injusticia puede ser ahogada por las armas; una gran injusticia solo puede ser ahogada por el vino".
EliminarWaugh era un alcohólico muy principal. Sus diarios son tremendos.
EliminarMe gusta el vino pero solo una copita de vez cuando. Mal negocio eso del vino para ahogar penas.
ResponderEliminarQuizas aparantemente el vino sirva para ahogar una gran injusticia o malestar, pero en realidad la injusticia pervive y quien se ahoga es la persona que bebe.
Lo de que pueden ser ahogadas por el vino o por las armas es una imagen o una metáfora. No es necesario mamarse o salir a pegar leches.
EliminarHay "rumiantes" (otra imagen) que no pueden dejarlo y se emborrachan de pensamientos.
! Hay que ir al concepto! ( Suso dixit)
EliminarSanyi, guste o no, los rumiantes son parte de la dieta occidental, así como las aves de corral y también el pescado.
EliminarCualquier remordimiento o rencor hay que procurar solucionarlo internamente con el perdón.
ResponderEliminarEs similar a una herida en una mano. No hay que "beber para olvidar la herida". Hay que poner mecromina y una tirita.
No sé a qué viene ese miedo, Suso. Relee tus entradas, catalizas aunque no quieras. Además, el catalizador no tiene por qué saber que lo es, basta con que catalice. A la altura debemos estar los otros, no el que nos impulsa o puede impulsarnos.
ResponderEliminarTengo miedo a perder la confianza en Él. A no saber estar. A quedarme solo. A que venga otro palo vicario.
EliminarNote angusties. Lo único importante es que Él confía en ti.
EliminarNunca sucede lo que uno espera. La vida siempre sorprende.
ResponderEliminarHola Suso, comparto todos tus miedos excepto uno, y lo voy a decir en serio .
ResponderEliminarEn un país tan rematadamente socialista, a cuyo gobierno hemos entregado un 30% de absolutamente todo, incluso de la pensión, ¿Cómo podemos quedarnos solos y sin asistencia?
Lo mires como lo mires, sería un absurdo.
Eso nos permite a ti y a mi ser muy selectivos con los amigos, parejas y conocidos. Si hacemos las cosas bien y con cabeza, no nos va a faltar de nada ni estaremos solos. Aunque no tengamos hijos o no tuviéramos pareja.
Además es muy probable que estemos cuidando de otros hasta nuestro último aliento, por la sencilla razón de que se nos da bien.
Eso sí, tenemos que cuidarnos.
Buen final de tarde
Pétalos de rosa
¡Gracias! No es esa soledad la que me asusta. Ya me quedé solo una vez, y me asusta que Dios, o la vida, o lo que sea, vuelva pegar donde más duele.
EliminarEn fin, confianza.
Meterse con el vino es injusto, si alguien hace un mal uso será su problema, como si abusa de cualquier cosa. No por ello debemos renunciar a ese placer que además en su justa medida tiene más beneficios que contraindicaciones para una salud normal. Además, hasta Jesucristo lo bendijo desde la primera hora. ¡Cuánto me gustaría haber estado en Caná y haber probado aquel caldo!
ResponderEliminarCuantos pétalos de razón! Pero no hay que tener miedo, siempre hay personas humanas en su sitio y en su momento.
ResponderEliminarSe nos ha ido Caritina
ResponderEliminarRespeto gordo. Una mujer bandera.
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