martes, 6 de agosto de 2024

¿ SOY YO, SEÑOR?

Una de las escenas del Evangelio que más perplejo me dejan es esa de cuando están en la Última Cena  y dice Jesús aquello de " De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.  Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor?".


Dan ganas de decirles " ¡ joder con soy yo, soy yo!: ¿ pero tan corticos sois que no sabes tus intenciones con ese Hombre? "


Me parece acojonante  que unos tíos  no sepan, o no estén seguros de  si cada uno de ellos es el que le va a traicionar. No sé si es un problema  de que eran gente pocas luces.


Pero me recordaban a mi. Yo también he saltado muchas veces en mi vida  diciendo " ¿ habré sido yo? ".


La inocencia es maravillosa. Y Jesús debió de pensar " ¡ vaya tropa he elegido!, ¡ ni siquiera saben si me han traicionado o no!  Parece que a este Hombre los cortitos le tiran mucho. Desconcierta que todo un Dios  no buscase discípulos con el máster del IESE o de la " Fariseum University del Qumram y la Polla en Vinagre". 


Es muy llamativo ver como Jesús se resiste a hacer milagros, que sólo realiza ante la insistencia de los que se lo piden, nunca en beneficio propio. No rechazaba los placeres menudos de la vida - el contemplar un paisaje, los detalles  de una mesa cordial  , la unción  estremecedora y conmovedora de los pies y cabellos. 


Con los años uno se ve como esos pobres hombres, inseguro, con muchas dudas, con  miedo-  miedo a no estar a la altura- y que también diría entristecido : ¿ soy yo , Señor?




16 comentarios:

  1. Ayer leí una Carta del Papa Francisco I en la que habla de la importancia de la literatura en la formación de los sacerdotes y, por supuesto, de todos en general.
    Muy, muy interesante.
    La literatura hace posible profundizar en la naturaleza humana: "Quien realmente aprende a ver se acerca a lo invisible" (Paul Celan).

    https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2024/08/04/240804a.html

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    1. Un cura que no lee, malo. La lectura es un termómetro de lo que cultiva.

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    2. El cura que no lee tiene que ser mal sacerdote: ha rebajado su vocación al mecanismo de oficio, al no renovarse espiritualmente.

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    3. ¿dependerá de lo que lea, no? A veces no se trata de renovación espiritual solamente, pues con ello solo conseguirían quedarse anclados. Tienen que leer también "los tiempos", no todo lo antiguo es lo mejor. El problema es saber donde acaba una cosa y empieza la otra, pues tendemos a polarizarlo todo: tradicionalismo o progresismo y lo nuestro es estar siempre en contra de algo.

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    4. Vaya usted al concepto, coño , que manía con poner los puntitos sobre las íes

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    5. Anónimo: lee la Carta. Se disiparán tus objeciones. Lee. Tolle, lege.

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  2. Hablando de lecturas y lectores, tal día como hoy, pero de hace setenta y nueve años, vivió uno de sus días un gran lector: Harry Truman. Me imagino centenares de hogares, quizá miles, a las 8 y 16 de la mañana del 6 de agosto de 1945, en pleno desayuno. No sé que desayunarían en esa época las familias de Japón, pero en todo caso fue alterado por la muerte decidida conscientemente por Truman. No sé si Harry preguntó: ¿Soy yo señor? (él era muy cristiano) o si simplemente decidió lo que decidió y se fue a leer alguno de sus libros preferidos. De hecho, con catorce años, ya se había leído todos los libros para adolescentes de la biblioteca de su pueblo, y tres veces la Biblia. Se pueden encontrar fácilmente sus recomendaciones en muchas de sus biografías de internet. Una de sus celebres frases fue: "No todos los lectores llegan a ser lideres, pero todos los líderes deben ser lectores".
    No voy a juzgar a Harry, yo no soy mejor que él; él decidió, pero sólo fue una pieza, seguramente substituible. Y tampoco voy a debatir sobre la necesidad o no de la ejecución de centenares de miles de civiles, aunque tengo clara mi posición. Sólo me ha venido a la cabeza el hecho por la fecha que es hoy, porque no sé si Truman le preguntó a Jesús "Soy yo, señor" o si ni siquiera se le pasó por la cabeza que tuviera que preguntarlo, y porque era un lector empedernido, especialmente de la Biblia; no sé tampoco si, en su caso, fue esencial en su vida. Mi tía abuela de Galicia no sabía apenas leer, pero era una buena mujer, y en toda su vida no mató ni una mosca. Con eso no digo obviamente que leer no sea muy bueno y que no pueda servir para el sacerdocio; sin duda, sirve.
    PRISCILIANO

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    1. La Biblia, amigo Priscilano, en manos de un hombre determinado es peor que beber la pócima de Astérix.

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    2. Lo de la pócima me suena, don Alfredo.

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    3. Usted lo aplica a los del Camino de Emaús. Lo mío es más universal, ¡la Biblia!

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    4. Me gusta la literatura porque trata de la más profunda intimidad del hombre: "inseguro, con muchas dudas, con miedo".
      No es algo accidental, pienso que debe ser algo sustancial porque el hombre solo se entiende en comunidad.
      Los clásicos no son un panfleto.
      Una cosa es leer y otra leer. No es tanto la cantidad como la reflexión. Recién se murió un amigo que leía La Montaña Mágica cada año.
      Los presidenes de USA son un puto desastre. No tienen personalidad. Clinton, Trump, los Bush... Si vamos hacia atrás Truman el del show, Woodrow Wilson, Roosevelt...
      No se me ocurre ningún presidente de USA que haya sido un ejemplo de nada. Todos han sido un reflejo de ese miserable país. Bueno, y los adúlteros presidentes franceses, en fin.
      Leer no aporta nada, hay que reflexionar.
      Quidquid recipitur ad modum recipientis recipitur.

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    5. Criticar y no parar de decir lo malo del mundo mundial es fácil, cómodo y no compromete a nada. Ponga ejemplos positivos hombre, que a lo mejor estamos de acuerdo y todo.

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    6. No veo en esta entrada nada de lo que usted dice.

      En el Barullo lo normal es otra cosa desde hace diez años, a diario.


      Ya está tardando el cultureta de turno a tocar los cojones.

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  3. Muy bueno. Muchas gracias.

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  4. Es siempre una gozada leer el Barullo: las entradas diarias de Suso y las contribuciones de los demás lectores, muy variopintas. Hay gente que sabe argumentar bien, a mi poco me importa si a favor o en contra de las tesis puestas por el dueño del blog. Hay, lamentablemente, también personas incapaces de argumentar o aportar contribuciones sin recurrir a eslóganes o a insultos.
    Es bastante penoso que en las entradas de hoy, todos los defensores de la Opus contribuyan o con insultos o con eslóganes. Me pregunto: ¿donde coño se ha quedado la aristocracia de la inteligencia? Quizás tenía razón el director de mi centro cuando, en el día en que pité, al final de los 70, justo después de explicarme el “pax, in aeternum” me dio el bienvenido comentando: “Guiri, desde hoy, con tu pitaje, ya no existen criterios de selección”.

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    1. Era un clásico que se decía mucho eso de los criterios de selección.
      Por cierto que eran curiosos algunas de los criterios que había para ser del Mirandés: virtud, carácter, talento y... posición.

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