EL RETABLO DE LAS MARAVILLAS.

Uno contempla  toda esa mierda que llaman Arte que se exhibe en ARCO  y no ve más que un negocio avispado como el que inventaron los timadores del Retablo de las maravillas de Cervantes a costa de acomplejar a unos incautos que afirmaban ver lo que no existía, por temor a quedar señalados  como impuros de sangre.

Hace unos días, paseando por la desembocadura del río Umia , fui a parar delante de una casa Museo. Era de un escultor, al parecer muy famoso, con obra en EEUU, Europa, y el mundo entero.  Por lo visto es un crack en lo suyo. No diré su nombre, por si me lee. Había un paisano en la entrada de la Fundación Casa Museo, que estaba cerrada. Charlé con él . De repente, algo me dijo que  ese hombre podía ser el P.A.B. de aquello. Y, efectivamente, era el escultor afamado, el Puto Amo de la Barraca.  Me invitó a visitar su Museo. Fuimos recorriendo la finca, sus esculturas estaban diseminadas aquí y allá. En un  momento determinado paramos delante de un conjunto , era un piedro con un agujero.

- ¿Esto qué significa? - pregunté con cara rara. 

- Nada. Mi arte no significa nada. O, mejor, significa lo que usted  interprete.  Cada uno ve algo, o nada. Da lo mismo.

Esa teoría ya la conocía, pues he vivido con unos cuantos zumbados que pintaban y esculpían mierdas muy parecidas a las de este caballero.

Guardé silencio. Soy hombre educado cuando me invitan de gratis.

Lo mismo me sucede con la música. Un tanto por ciento muy grande de lo que escucho  no vale para nada. Hace cagar a los cuebrones. Me refiero a Bisbal, a Carrasco, a Aitana, Rozalen, Vanesa Martín, y todos esos eructos del regetón.

Por cierto, todos esos incautos del Retablo de las maravillas, se parecen mucho a los del Reina Sofía o ARCO , y los snobs millonarios que compiten en el precio de las gilipolleces plásticas. 

No es cosa nueva. Hace siglos , Europa ya vivió el gran negocio de las reliquias millonarias . Hoy no valen nada. La diferencia es que hoy  la estafa es laica  y, por lo tanto, menos fantasiosa que el timo religioso. 

Prefiero creer que ese pellejo perteneció al prepucio del Niño Jesús que que me estafen con un bote de Campbells de Warhol.

Si quieres que algo dure, hazlo bello, no eficaz.