Viví veintisiete años en muchas ciudades, y convivido con muchas personas. Ciudades suman más de veinte, barrios y casas muchísimas más. Personas , así, a bulto, centenares. Tal vez varios miles entre centros, residencias, colegios mayores, convivencias, retiros espirituales, y todo tipo de saraos.
Esa vida en común era profunda, intensa, normalmente cordial, generalmente armónica, educada, muy normalizada, higiénica, respetuosa. Era lo habitual, lo que no quiere decir que hubiese excepciones, rarezas, y singularidades, como en toda casa que se precie de tal.
Un ejemplo, y no es baladí, aunque lo parezca: en veintisiete años, entre tanta gente , y tan variada, no recuerdo una ventosidad echada al viento imperio en un pasillo, o en el interior de una habitación, en el silencio de la noche. Excepetúo campamentos , cursos de inglés y convivencias de chavales.
Tal vez en algún curso anual de agregados no digo yo que algún cuesco escuchase , porque los oblatos eran muy suyos.
Lo que nos unía a todos eran vínculos de tipo espiritual. Éramos personas entregadas a Dios en celibato apostólico, vivíamos una vida de familia - o eso se pretendía- y durante el día cada uno trabajaba en sus cosas. Muchas muy principales.
Uno ha convivido con notarios, abogados, diputados del Congreso, directores generales, jueces, fiscales, profesores de universidad, catedráticos de todo tipo de especialidades , arquitectos, escritores, poetas , economistas de todo pelaje, empresarios de postín, y de medio pelo, clérigos listos, tontos, mediopensionistas, obispos, decanos de facultades, aristócratas, gerentes de equipos ciclistas, miembros de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Coroneles, Generales, encorchados varios, banqueros castos, bancarios, ingenieros, directores de puerto, jefes de bomberos, inspectores de Hacienda, magistrados de todo tipo de judicaturas, musicólogos, pintores, árbitros de primera división, campeones de atletismo, cantantes, presentadores de televisión, periodistas afamados, plumillas chunguillos, CEOS de multinacionales. Médicos de toda casta de especialidades , casi casi hasta brujos. Farmaceúticos , ni te cuento. Incluso sufrí a un cabrón que puso en un envase de un colutorio de Oraldine un potente anestesiante ( sin etiquetar el cambio) , se lo cogí para hacer gárgaras , y estuve dos días hablando como un gilipollas de una discapacidad ignorada por los humanos . He vivido con un tío forrado que vendió su empresa por 200 millones de euros - montaron una Fundación- y el tío , cuando ibas en coche con él, te dejaba en tu habitación al llegar a destino un papelito que ponía escrito " debes 20 euros de gasolina por el viaje".
Joder...¡por eso era rico!
Sumo a directores de colegios, de centros de formación. Directores de delegaciones, de comisiones, de la casa central. Quiero decir, indios sin pluma, con poca pluma, con muchas plumas, pavos reales, y el mismísimo Toro Sentado, que también he conocido.
Y en todas las casas, en todas, y siempre, había un pringao. Bueno , va, pongo dos o tres. No más.
Era yo. Y alguno más que trabajaba en Fomento, en Institució, en Viaró. Olvido al de la EFA, porque eso ya era caer muy bajo.
El pringao curraba, los demás vivían muy piadosamente, pero escaqueo total, como las ballenas de Roberto Carlos, que desaparecían por falta de escrúpulos comerciales.
Bueno, me divertí con la entrada, se hizo muy larga. El tema iba de que, después de esa experiencia de campo tan intensa, durante tantos años, con tanto humano, pienso que algo sé sobre el asunto . Y mañana escribiré lo que pienso de no dejarse engañar por las apariencias.
Mañana más.
Amén
ResponderEliminarLa entrada te da para una canción de las de Sabina describiendo la fauna con la que has vivido. Prueba
ResponderEliminarHay que ser Sabina para hacer eso...
ResponderEliminarQue no falte MASG
ResponderEliminar¡Dios mío!...¡no te rindes!
ResponderEliminarNunca, pues me tocó bien la moral, desde su torre de marfil.
EliminarSigue estando usted en forma, Suso.
ResponderEliminar¡¡¡Señor Neri, qué alegría tanto tiempo después!!!
ResponderEliminar¡Manda huevos! O sea que los únicos que se tiran peos son los Agregados. Tú seguro que no te has tirado ninguno. Tienes una empanada mental de campeonato y un ego que morirá un día después que te incineren. Anda chaval, tómate un orujo, rompe ya de una puta vez con tu pasado y se feliz. Te lo mereces. Ah y tírate un peo, aunque seas un EX-Numerata, te irá muy bien y te sentirá mucho mejor. Un abrazo campeón (lo de Oblato es de los años 50-60 ponte al día)
ResponderEliminarVaya, uno con una falta de sentido del humor muyyyy principal. Uno mú fadado y mú cortito.
ResponderEliminar¿Vives en Cap Pont?
¿Sentido del humor? El que tú gastas siempre en tus artículos. Corto, seguramente porque ya no das más de sí. Leerte se hace cansino porque te repites más que el ajo. Mira tu presente y lucha por tu futuro. Deja la guitarra y esas canciones tontas que eran como las del Flautista de Amelín. Fuiste feliz, eras divertido y líder. Hoy ya no lo eres. Sigues ayudando a la gente. Da gracias por todo lo que recibiste, mucho más de lo que te mereces. Olvídate de tu pasado. ¡Acéptalo! Y sueña con cantar en el cielo. San Juan Pablo II te está esperando para darte un abrazo, aunque no lleves la capa de tuno. Un abrazo, campeón y tómate un orujo a mi salud. ¿Cómo sabes dónde vivo?
ResponderEliminarSi no te gusta esta página...¿por qué la lees?.
ResponderEliminarDices " fuiste feliz , eras divertido y líder". Eso demuestra que eres gilipollas de cuna. Soy feliz y soy divertido... lo de " líder " lo dices tú, en eso se nota que eres gilipollas. ¿ Líder?... hay que ser imbécil.
Seguro que trabajas en una gestoría.... jajaja jajaja jajaja!
Lo de cantar en el cielo y toda esa cursilería te lo paso porque eso te viene de tus años en Foiró. Contigo no hay nada que hacer. Vete de aquí, pringao, no pintas nada