Vivir en el rural tiene cosas muy divertidas. Los domingos acostumbramos a comer en el jardín , si hace bueno. Antes tomamos un aperitivo. Es frecuente que, sentado debajo de un camelio de flores maravillosamente diseñadas me sienta reubicado en otra época lejana en el tiempo. También recuerdo a mi padre y pienso lo feliz que sería allí.
La casa tiene dos siglos, y los árboles que nos rodean , los frutales, te llevan al pasado sin esfuerzo alguno. Tampoco puedo asegurar que no sea preso de una ficción. El lugar lo merece y además lo incita.
Este lugar no tiene nada que ver con los lujos burgueses que he conocido en las casas de los ricos que he visitado, que son muchas. Aunque hay que distinguir las de los nuevos ricos y los que son de cuna. Estos primeros tenían cierto tufo hortera. Por ejemplo, y no citaré apellidos, una casa en la Cerdaña cuya entrada estaba jalonada de putos y siniestros enanitos hasta llegar a una especie de fachada rollo serie de "Dallas". En su interior había una escalera que se bifurcaba en dos , imitando esas mansiones del sur de EEUU , de antes de la guerra de secesión.
La señora gustaba recibir al personal como Demis Roussos , pero sin barba. Con una falda blanca ibicenca larga, descalza y, en fin, me callo. Estaba tremenda esa señora. Tremenda de bien. Hasta los perros y los gatos se daban la vuelta para verla. Voy a salir un rato a que me dé el aire que me estoy poniendo malo sólo de pensar en esa señora.
Ya he vuelto.
La mansión costaba una pasta. Tenía una capilla románica en la finca, porque eran piadosos. A la señora le dio la fijación de que allí olía raro. "Aquí huele mal,¿ no lo notáis?, aquí atufa".
Nadie olía nada.
Total, que se fue al ayuntamiento, pidió los planos de la zona, investigó aquí y allá, preguntó a los ancianos del lugar...y alguien le dijo que en esa antigua ermita , hace muchos años, había un cementerio a su lado.
Y resultó, tiene cojones la cosa, que el antiguo cementerio estaba justo debajo de la casona donde habían construido el chaletaco.
Y la señora dijo que ella allí no vivía. Que olía a muerto y a cadáveres. Y que ni hablar.
Pusieron en venta la finca, y se fueron a otro lugar. Imagino el cabreo de los difuntos, porque la señora, ya digo, estaba muy principal.
Total, que comencé glosando un aperitivo en el jardín de casa, y se me fue la olla con otra cosa, mariposa.
Hortera viene a significar vulgar o de mal gusto. Aunque con toda seguridad quien elige lo hortera lo elige porque le gusta; y le gusta por sus inputs culturales. Lo contrario a lo hortera sería lo que sigue una línea estética coherente con el entorno cultural y tradicional del lugar y del tiempo. Luego está el romper, pero incluso para romper se puede ser hortera. No tiene más importancia, porque existe el derecho a ser hortera. Lo que a mi me hace percibir un cierto tufo desagradable, y por mucho que me empeño no consigo dejar de olerlo, es cuando en la casa de alguien con dinero gastado ( que a veces no es dinero tenido ) evoco sin quererlo la imagen de esas otras viviendas de mis alumnos sufrientes, algunos de los cuales sobreviven en familias que cobran unos 400 euros al mes. No son pocos. Y son inocentes. Y el estomago se me pone mal cuando veo céspedes cuidados, palos de golf, garajes que huelen a cemento fresco con cochazos deslumbrantes. No consigo disfrutar con lo que tienen mis amigos ricos. Y si además les encuentro fotos con el papa, o rosarios, al lado de los esquís; y después les descubro miradas de escándalo si les hablo de institutos públicos y niñas que viven el ramadán, pues se me incrementa el tufo y tengo ganas de llorar y de irme.
ResponderEliminarBien visto.. lo cultural es tremendo!!!
ResponderEliminarGracias por responderme ayer, pese a ser anónimo. Como te comenté, lo conocí en Granada y la sensación que me daba es que estaba (después de volver de Irlanda) como "en expectativa de destino" escribía muchas cartas a gente de allí en el Despachito que tenía. Después le perdí la pista hasta que, no sé como, me enteré de que había fallecido ... que pena por lo que me dices de que estuvo muy solo ... a Antonio Moya creo haberle leído que alguna vez contaría cosas de él.
ResponderEliminarEn cualquier caso, te leo siempre que puedo y me encantan tus relatos: dan mucho de sí y, tras el humor con que escribes, hay mucha humanidad de la buena
Un abrazo y muchas gracias.
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