domingo, 12 de marzo de 2023

TAN LLENA DE PRIMERAS VECES.

Con los años he comprendido que los encuentros con personas que me han marcado en mi vida no han sido casuales. Marcado para bien , o para mal. Hay unas redes intangibles que engarzan a las personas con afinidades y gustos similares. Es como cuando vas en el coche y, sin saber cómo, el dial sintoniza una emisora , y te quedas. 


Dalí decía que el azar es sagrado. También lo creo así. Y estoy convencido de que , de la misma manera que mi encuentro con Manuela, con María José, y con tantas personas que se han cruzado en mi vida , estaba predestinado. Algunos hablan de "química". A mi me gusta más " providencia" .


Desde el día que encontré esa gente, no sabes cómo, tu vida se va amoldando." Amoldar" es un verbo definitivo para entender la buena concordancia entre las personas. No se amolda de forma pecipitada. Esas cosas van poco a poco, pero van, '¡ vaya si van!


Hace unos días escuché de modo casual en la radio la canción " Vivir sin aire" de Maná.  Me cuesta no llorar escuchando esa letra. Manuela, al principio de conocernos , me dijo que no podía dejar de pensar en lo nuestro  escuchando ese " como podría poder vivir sin  aire". Amar es respirar.


Me fui de vareta. 


Toda esa mezcla de circunstancias , de encuentros, de cruces de caminos insospechados, van asentando , sin efervescencias ni aspavientos,  la vida de cada cuál. 


Con muchas de esas personas no había nada aparentemente en común. Ni  el lugar, ni las formas, ni  la cultura, ni la religión, ni las amistades, ni el oficio, ni los niveles económicos. Con el tiempo y sin precipitaciones uno va descubriendo vínculos más sólidos .  


La vida,  tan maravillosa, tan llena de rutilantes primeras veces, se irán llenando también de las últimas  sin que me entere.



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