Me llegan bastantes asuntos de los colegios donde estuve. La verdad es que me producen mucha pena.
No sé qué sucede que se está creando entre la cosa educativa una carrera por ver quien es más Global School, más International, más ...imbéciles. Todo apesta a clasista, a pijo y, simultáneamente, huyendo de que no se les tome por lo que son.
Lo de Viaró e Institució, y bastantes de Fomento, dan un poco de cosa, la verdad. Muy lejos de lo que debía de ser, muy cerca de lo "pulíticamente correcta".
Hay muchas maneras de entender la pela y arrimarse a la sombra del poder. Una veleta que marca perfectamente por dónde sopla el viento, y eso significa que hay que poner las velas dispuestas a surcar los mares, aunque sea cambiando el rumbo. Y esa veleta es la iglesia. Cuando ves a los obispos que tiran el palio del dictador y se disfrazan de nacionalista con lazi, señera, bandera y Virolai en Montserrat y hasta bailan la sardana. Lo que haga falta. Esos curas que reclaman la parte que les corresponde del botín.
Da lo mismo que sea en Cataluña, en el País Vasco, o en "en la resta del Estat". Es un cambio de rumbo que da un poco de pena.
Por eso admiro a los sacerdotes que de verdad tienen vocación y sirven a las almas. Antes a Dios que al dinero. Pocos pueden decir eso.
Lo mismo sucede en muchas instituciones católicas. "¡ A la que estamos tuerta!" . Pero, la verdad, uno tiene la impresión, viendo a los de Viaró más en la pomada que nadie, más global school, más, no sé, como que están fuera de sitio, como de okupas de un sistema que en el fondo, les desprecia.
Cuando veo numerarios que militan en Esquerra Republicana, o en Bildu, me pregunto si se darán cuenta de que están donde nadie les espera, como la Madre Teresa bailando enloquecida en el Carnaval de Río.
A las familias burguesitas y piadosas de Viaró, de Canigó, de Institució, no se le puede pedir que compitan en fanatismo con nacionalistas pata negra como los que allí habitan el poder. Pero en sus direcciones hay lanares que necesitan asimilarse, al menos en chapa y pintura, a ese poder. Entre el cliente beato de derechas , y el cliente ultranacionalista , también piadoso, pero más de Montserrat, hay una especie bobo limpín, aseado, dócil, ni frío ni caliente, que gusta mucho en esas tierras.
Mientras, se juega a un estilo de educación que, al menos a mi, da mucho pol culo. En fin, el agujero ya lo tengo hecho.
Leí que la persona egoísta no es la que vive como quiere, sino la que pretende que los demás vivan como ella desea.
Respetar a los demás es cosa difícil. Dejar a la gente en paz con su manera de ser, sus opiniones, sus virtudes y sus rarezas. He vivido en ambientes que era imposible no tanto ser como eras, sino mostrarte como eras.
Estaba rodeado de personas que pretendían que vivieses como ellas querían vivir.
Y cuando contemplar eso resulta patético, a veces dramáticamente grotesco, es en esas educaciones familiares que busca que el hijo, o la hija, siga el negocio del padre, sea éste una empresa, una especialidad médica, farmacéutica, o un "negoci".
He visto resultados muy tristes.
Educan al niño como si fuesen bonsáis del jardín de sus padres. Pasan los años y encuentras un chaval enano, de apariencia normal, pero que ha sido podado, controlado en su tamaño moral para que no sueñe más allá de los ideales paternos, Los han defoliado , desprendiéndoles de forma total de sus hojas.
Y los ves infantilizados, pequeños, aunque de apariencia humana. Algunos se casan con otras bonsáis.
Hay una viñeta de Quino que, al menos a mi, me recuerda a esta gente.
Es un niño que no ha crecido. Ese niño los garabatos los lleva dentro porque sus padres le condujeron a ser lo que ellos querían que fuese.
Pero ese dibujo emergerá tarde o temprano. No hay educación que pueda con eso.
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