Cuando murió Manuela decidí andar. En realidad la palabra no fue "decidí", fue un impulso, como una dependencia antigua, sembrada por mi padre en la infancia. Me dispuse a caminar, ir de aquí para allá. Cualquier excusa me bastaba. Así decidí recorrer el Camino de Santiago de San Jordi, comienza en Montserrat. Poco más de un mes andando. También hice el Camino de la Plata. Aquí, en Galicia, anduve el Portugués desde Fátima.
Después me dio por andar la GR 99, la senda que recorre el Ebro desde su nacimiento hasta la desembocadura.
Estos dos meses recorrí el Camiño dos Faros , una ruta de senderismo de 200 kilómetros que une Malpica con Finisterre por el borde del Atlántico. Fantástica.
Recomiendo a cualquiera que esté desorientado, que no sepa muy bien qué hacer con su vida, que emprenda un viaje a pie. Caminando se distingue, al menos a mi me sucede, entre los pensamientos que se tienen en estado de reposo, y los pensamientos caminados, que nacen del movimiento, de la concentración que impone el ritmo, las canciones que tarareas , o una especie de nada que también se da en una larga caminata.
Ese vacío para mi es lo mejor. Cuando llegas a una fonda después de siete u ocho horas en silencio y te das cuenta de que no has pensado en nada. Has visto paisajes, recorridos sendas, y no sabes qué más has hecho. Y eso está muy bien. Se crea en el interior una segunda manera de interiorizar las cosas , muy sanadora.
Vivir unos días como antes que llegara el automóvil e impusiera la velocidad sobre las otras cualidades del viaje.
El fino arte de echarse a andar, sin más objetivo que ese: andar, y pensar al ritmo de la caminata, Hoy , un viaje lento y sin palabras parece un planteamiento excéntrico. Sin embargo, debajo de la velocidad y del silencio, palpitan un montón de posibilidades que hoy han quedado sepultadas por la internet y la locura y, sobre todo, porque el viaje lento no es práctico. Hay que ser viudo sin hijos , y algo zumbado.
Recorrer el el mundo andando sirve para empaparse de uno , y conocerse. En esos viajes a pie no hay jamás preocupación alguna por nada. Ni siquiera me planteaba donde comer, o dormir. No dedicaba casi nada a organizar avituallamientos. Nunca acampaba , siempre debía dormir en cama y habitación, por muy cutre que fuese.
Ando despacio, a cuatro kilómetros por hora. Y si me cruzo con un paisano , es fácil que pare y le dé a la sin hueso . Esta es una excelente velocidad si de lo que se trata es de ver algo. Esa velocidad permite dejar atrás a mis demonios, que se sentían a sus anchas en mis periodos de inmovilidad, donde me comía el coco por gente como los Urelles, los Orioles, y toda esa gente de vida porcina y complicada.
Para esas rutas a pie mi itinerario sólo era riguroso, para levantar, madrugaba mucho, desayunaba poco , y salía a caminar hasta la hora del almuerzo algo frugal, un bocata , y remataba la comida con una ligera siesta , el yoga ibérico.
Para mi, desde siempre, incluso cuando pertenecía a la prelatura - que no estaba bien vista- la siesta es un placer. Un día sin siesta es un día perdido . Después se sigue andando hasta que caiga la noche y a la hora de la cena, en un hostal o en la taberna, mientras se come un caldo o un filete , brindo con cerveza, en silencio y en solitario, por esa vida lenta.
Y , antes de acostarme, un Jack Daniels. O dos. No más.
Y lo que para mi fue un descubrimiento, un hallazgo: nunca he rezado mejor, ni más intensamente, que andando la trocha.
" Mas tú, cuando reces, vete a lo escondido, ora á tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará...Él ya sabe lo que necesitas".
Andar solo es ir por lo escondido.
Esta entrada es para celebrar que la semana que viene andaré la vía verde de Ojos Negros. Se inicia en Teruel y termina en la costa valenciana . Ciento ochenta y cuatro kilómetros en una senda que sigue el antiguo ferrocarril minero de Sierra Menera.
Tengo mono.
Suso... ¿Cómo es eso de los 200 kms entre Malpica y Finisterre...?... Si están al lado!
ResponderEliminarPerdón... Si... Lo acabo de ver en Internet... Aunque hay 80 kilómetros por carretera son 200 por la senda... Vaya!!
ResponderEliminarQue suerte tener físico y tiempo para andar tanto.
ResponderEliminarJdSM era capaz de hacerte sentirte una mierda y hundirte en la miseria. Dios quiera que haya mejorado y, si no, bien está allí, bien lejos por el norte.
ResponderEliminarEra un trepa y morirá trepa
EliminarPues si es así, me alegra que no haya trepado, allí desterrado en tierra luterana.
EliminarMi comentario viene al hilo de la publicación de ayer.
ResponderEliminarEl trepa JdSM ahora no caigo quién es. Alguna pista adicional para cumplir con aquello de a buen entendedor pocas palabras bastan.
ResponderEliminarLo siento...o se pilla o nada
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