El viernes santo fui a la iglesia de los Franciscanos atienden en Herbón. Es del siglo XV, de una belleza antigua y de muy buen gusto . Fundado en 1396 , fue primero eremitorio, después colegio de misioneros, cárcel, seminario menor y colegio. La fachada, dibujada sobre un cielo elegantemente azul , recorta su airosa y bien medida traza.
Nada que ver con la misa del día anterior. Quiero decir que no hubo rollo Pachamama. Éramos doce personas asistiendo. Cuatro peregrinos que se hospedaban en un albergue adjunto que los frailes han alquilado a la Xunta, tres sacerdotes mayores , dos bastones, y uno que está muy cerca , cuidan y atienden la iglesia y el convento.
Al terminar los Oficios un sacerdote se ofreció a enseñarme el el claustro. El sacerdote tiene ochenta y dos años. Está jubilado. Ha pasado gran parte de su vida en los Estados Unidos, aún viaja a visitar universidades e impartir conferencias de lo suyo. Es hombre muy cultivado y parece que persona de prestigio en el mundo de la Historia. Me recordó al profesor Tamames, el de la moción de censura: un abuelete gruñón, un poco pasado de ego, con una experiencia vital tan intensa que a estas alturas ya no recibe lecciones de nadie. Sólo que este buen fraile cayó del lado bueno.
Viste de hábito marrón con cíngulo, va descalzo, con sandalias, es de una ortodoxia magnífica , de un temperamento mandón, iconoclasta, y padece la logorrea clásica en este tipo de personas doctas donde se mezclan al turmix apasionamiento vocacional , intransigencia doctrinal, ironías hirientes al mundo , desprecio a las ideologías que él llama "estúpidas", espiritualidad vivida en serio, afán de santidad, soledad monacal, superioridad intelectual...agitas eso en un ser humano de ochenta años y sale un sacerdote que tiene fuego en los ojos , un corazón desbordado, y una fe olímpica.
Encima mide 1, 90 cm.
- Supongo - me dice- que usted desayuna , come y cena Ana Obregón....claro, les tienen anestesiados con el tema, mientras alrededor están los problemas de verdad...
- No yo...
- ¡ No me diga nada, hombre, si ya lo sé!...Ahora todo es calentamiento global, Agenda 2000, transgénero, y una iglesia adaptada a los tiempos....
- No si yo...
- Que sí que sí, que ahora queremos una iglesia que guste a todos , y eso no es una iglesia...¿desde cuando la iglesia tiene que contentar a nadie?...si es que nosotros los católicos creemos en misterios, y sólo en misterios...¿ qué es la Eucaristía?, un misterio. ¿ Qué es la Santísima Trinidad?, otro misterio. Y la muerte. Y los sacramentos. Y el pecado. Y la Gracia....y, por cierto ( me mira con unos ojillos encendidos echando chispas de suspicaz genialidad detrás unas cejas pobladísimas)...también creemos en la venida del Anticristo. ¡ Otro misterio!
Cuando dijo eso entendí a a los curas carlistones que , de vivir hoy, este tío se echa al monte con ellos. Lo del Anticristo me pareció que iba por el Papa, pero preferí callar.
- Oiga - pregunté aprovechando que buscaba la llave de la puerta del convento para que yo pudiera escuchar el parte del niño de la Obregón- y de vocaciones, ¿qué tal?
- Pues muy mal, ¿ cómo vamos a tener vocaciones? Esta vida no la quiere nadie. ¿Seguir a Jesucristo? Si nos da vergüenza confesar nuestra Fe. Mire, aquí al lado hemos alquilado el albergue a la Xunta. Es un edificio enorme, pues esto antes era un internado para niños de la Comarca. Pues bien, lo primero que hicieron fue quitar todos los crucifijos. Y el prior no dijo nada. A callar. Y fui yo y dije que por qué quitaban los crucifijos, que llevan allí cuatrocientos años , y me contestan que es que hay peregrinos que no son creyentes...¿y?...¿y....?...¿Pero no van en peregrinación a Santiago?...¡y quitan el crucifijo!...¿ pero quién va a querer ser cura!
Regresando a casa también tuve la impresión de cerrar la escotilla y despedirme con la mano de un mundo que se ahogaba en su soledad.
Yo estoy muy enganchada con un filosofo coreano, catedrático en la Universidad de Berlín que escribe unos libros cortos y accesibles, Byung-Chul Han: “La agonía del Eros”, “La desaparición de los rituales”, “La Sociedad del Cansancio”, etc. Me viene a la cabeza: … cada like es un amén…
ResponderEliminarTomo nota!
ResponderEliminarGracias
No entiendo a qué viene tanto negativismo. Que yo sepa, el mundo nació para morir. El derrotismo, muy a menudo ligado a las religiones, forma parte del guión. Propongo que dejemos de lamentarnos y nos dediquemos a vivir y gozar de lo que hay. ¡Para amargarnos de la existencia más valía no haber nacido!
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