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Cantaba John Denver que "hay días de piedra y días de diamante". Días borrosos y emborronados, días en los que las flores del mal abren sus pétalos en las cunetas del alma y difunden su ponzoña en todos los rincones del alma.
Hoy es uno de ellos. Escribió Gil de Biedma, en verso repetido hasta la saciedad , que envejecer y morir es el único argumento de la obra. Si lo segundo es cierto, y lo es, poco importa lo primero.
Envejecer , morir. ¡Si no hay más remedio! A mi me parece que lo malo es no ser quien deberías ser o ser lo que no se es. Para algunos, entre los que me encuentro, ése es el único argumento de la vida.
Me pongo como ejemplo. Y sin orden ni concierto escribo…No me gusta vivir en Cataluña, y viví décadas. Quise ser fiel a un ideal de santidad , y fui un fraude. Quise ser casto y puedo decir como aquel " en España se folla mucho, pero siempre lo hacemos los de siempre". No me gusta ser historiador, y lo soy. No me gusta hacer deporte , y no he parado de hacerlo desde hace años. No me gusta rezar como un papagayo y estuve años haciéndolo. No me gusta vivir en grupo, acomodarme a normas y costumbres, y lo he hecho, ¡ y de qué manera! No me gusta la docencia, y he sido profesor durante muchos años. No me gustaría tener el oído tan cerca del corazón o, mejor, no tener este pobre corazón tan peligrosamente próximo al oído.
No me gusta ser sistemático, y lo soy. No me gustan las mujeres, me dan miedo, y las adoro. No me interesa la política, y opino sobre ella. Soy perezosísimo, y escribo un blog todos los días desde hace veinte años. Me gustaría ser un gato, y no lo soy. Me gustaría apostatar, y no me atrevo.
Me gustaría que me mandasen a la mierda. Me gustaría ser un don nadie, y nada, aún soy alguien. Me gustaría haber sido un hombre de oración y no lo soy. Me gustaría haber nacido en otro sitio , y nací en Zaragoza. Me gustaría morirme, y nada. Me hubiese gustado tener hijos y, por más que...como en los dibujos animados cuando se escucha la musiquilla esa de " uá uá uá uááááá
La vida… ¡Qué fracaso!
Y, encima, aún hay gente que piensa que tengo suerte.
Cosas así son, supongo, las que sólo deben susurrarse en la penumbra del confesonario, en el diván del psicólogo o en sofá del coach, pero yo no tengo asesor , ni psicólogo, y el confesor no está para gilipolleces.
Así que, ¡ al Barullo!
está ud muy vuelto pa dentro últimamente, que sí, que si esto es su casa y se habla de lo que ud dice blablabla, pero levante la vista un poco, que más allá de su ombligo hay vida
ResponderEliminarUsted lea y cállese
EliminarPesado. Y si no le gusta, lárguese. Nadie le obliga a estar aquí.
Para Montaigne el tema de su obra era él mismo: «quiero que se me vea en mi forma simple, natural y ordinaria, sin contención ni artificio, pues yo soy el objeto de mi libro».
EliminarNadie conoce a uno mismo como uno mismo, olvídate de las charlas fraternas o de las confidencias.
Y una labor de introspección es fundamental para convertirse en mejor persona. Imprescindible para ver más allá de su mismo ombligo.
Solo de lejos todas las personas parecen iguales. EN muchas entradas lo que busco es verme y que se me vea de cerca.
EliminarSoy alguien que busca. Y escribo para buscadores. Y todavía sigo buscando.
Seguimos el consejo del oráculo de Delfos: "conócete a ti mismo".
EliminarNada mejor para ello que escribir.
Leí que Abraham Lincoln preguntó una vez a una audiencia cuántas patas tiene un perro, si llamaran pata a la cola. Cuando la audiencia contestó “cinco”, Lincoln los corrigió diciendo que la respuesta era cuatro. "El hecho de que llames pata a una cola no la convierte en pata".
EliminarConocerse a uno mismo es muy difícil. Se trata de no mentirse ero, sobre todo, de que no te mientan.
Todos hacemos cosas que no nos gustan.. Buena entrada.
ResponderEliminarPues de eso se trata amigo mío. No le gustan los caracoles? Pues dos cazuelas de caracoles. Así uno se va curtiendo.
ResponderEliminarMira, estaba yo pensando lo mismo. O sea, pienso eso desde hace décadas. Yo si tengo hijos. Y siempre quise tenerlos, pero muchas veces me pregunto si no hubiera sido mejor haberme quedado en el Bayern de Múnich, cómodo, sin adolescentes propios… (tentación que rechazo como si fuera contra la pureza… le suena?)
ResponderEliminarAhora fuera de bromas, la vida está llena de esas contradicciones. A ver qué nos creíamos que iba a ser… estoy aprendiendo mucho de un psicólogo americano, Dr Peter Malinoski, búsquelo, y su desarrollo de “parts work” o IFS en clave católica. Lo recomiendo.
Nunca me convenció el cenizo poema de Gil de Biedma. ¿Envejecer y morir? Yo pienso que hay más argumento: caminar, oler, cantar, escribir, amar, sonreir, gritar, trabajar, construir... y no pararía. Envejecer y morir son sólo ladrillos, columnas, vigas, para que el edificio de la vida tenga donde crecer. Pero ningún edificio puede describirse hablando sólo de sus columnas, paredes y ladrillos.
ResponderEliminarHablas de todas las cosas que hiciste y que no te gustan. Pero las hiciste. Eso significa que de alguna forma, en ese momento, las consideraste necesarias, importantes, convenientes... Quizá ahora no las harías. Eso es la vida. Y estás, estamos, en el período de evaluación, donde el pasado se nos levanta en armas. Pero el pasado está lejos, y es inmutable; sólo tenemos el tiempo que tenemos por delante:
Es tarde
pero es nuestra hora.
Es tarde
pero es todo el tiempo
que tenemos a mano
para hacer futuro.
P.C.
Luego hablas de lo que te gusta y no haces, o de lo que te gustaría ser y no eres. Aquí, con todo respeto, creo que no ves las cosas como son, y perdona mi atrevimiento.
No eres perezoso. Para estar jubilado, cuentas que haces un montón de cosas, que ya me gustaría tener tiempo de hacer a mi; nadie exige que se hagan rápido, ni tienen porque hacerse rápido; y cuando uno está jubilado tiene derecho a descansar lo que le de la gana.
Eres un hombre de oración; no siempre, pero muchas veces, las entradas del blog son oraciones; (otras son lo contrario). Los paseos son oraciones, caminar, contemplar... Hablar con la gente mayor, y con la gente de los pueblos, son oraciones... y podría seguir.
Te gustaría haber tenido hijos... Bueno... no los has tenido, pero hay muchos hijos que te recuerdan y para quienes has sido fundamental. Has mostrado de que manera uno se puede enfrentar a sus errores con valentía y sinceridad. Yo recuerdo antiguos profesores de quienes nunca he sabido nada más; y a veces, los recuerdo como estatuas perfectas, un poco altivas; intuyo en ellos errores ocultos o perfecciones demasiado elevadas para servirme como ejemplo de nada. Yo, como ser débil y pecador, necesito referentes que hayan sufrido de mi misma o parecida debilidad, y aprender de ellos como lo han afrontado, como intentan superarlo día a día. Nos enseña más la debilidad ajena, la de nuestros referentes, que la perfección ajena. En ese sentido algún día descubrirás muchos hijos que nunca pensaste que lo fueron.
No somos de donde hemos nacido, sinó de donde queremos vivir y morir.
¿Te gustaría morir? Ya llegará... mientras tanto, ¿Qué prisa hay?
Mientras no te mueras, siempre tendrás un buen vino.
Y piensa en lo que tienes: todas las mañanas y madrugadas de Galicia, los campos, los pazos, la gente que habita esos paisajes, las puestas de Sol, el silencio de los caminos, miles de canciones para cantar y para escuchar... Quien sabe si cuando te mueras podrás escuchar tangos, milongas, zambas! Es imposible escuchar algunas canciones, atender a su letra, a su armonía, y querer morirse...
Cada vez que escucho a Maggie Cullen, tengo unas ganas de vivir que no puedo conmigo.
Y lo de querer ser apóstata, no creo que quieras. Por lo que te leo, crees en Jesucristo, y eso es un tesoro. Creer en lo que sabes interiormente que es verdad es un privilegio. No hace falta apostatar (la palabra ya da miedo de tan rara) ni cosas extrañas!
Siempre hay que cambiar cosas de las que pensamos, y sin miedo; pero las malas. Hay pensamientos que creemos que son correctos y pueden ser la causa de nuestro malestar, y hasta que no los tumbemos, nos hacen la puñeta; pero no es el caso de la fe, quizá sí, algún matiz de la fe, algún añadido cuando descubrimos que lo es; pero lo que creemos, tampoco es lo esencial; no recuerdo ninguna palabra de Jesús en los evangelios que intentara corregir a nadie ningún dogma de fe; sí lo recuerdo, en cuanto a querer cambiar maneras erróneas de enfocar la fe.
Bueno, disculpa si al decirte todo esto me meto donde no me llaman; no me hagas caso y punto.
PRISCILIANO
Muchas gracias, Prisci.
ResponderEliminarEn la vida , como en cualquier otro ámbito de la vida, aunque somos libres de hacer lo que queramos, no somos libres de que las consecuencias sean las que queramos. A eso me refiero cuando escribo alguna de las cosas de la entrada. Aunque, en ocasiones, dudo de esa libertad. Parece que alguien nos lleva donde no queremos.
Podemos saltar de un rascacielos, si lo deseamos, pero la ley de la gravedad determinará cuáles serán las consecuencias. El problema es conocer cuál es la ley de la gravedad de cada quién.
Pero sí, estamos en buenas manos.
Leyendo tu entrada me acordé de una discusión filosófica con un cura bético en un club. Años 80. No había que confundir libertad con libertinaje. El verdaderamente libre era el que elegía ir a la meditación y no a tomar una cerveza con los colegas. Yo era mas de cervezas. Por lo que sea. Hoy el cura bético no es ni bético ni cura. Yo, sin embargo, sigo siendo de cerveza. Otra caña Suso.
ResponderEliminarUna de las principales características de esos sacerdotes era que, sin saberlo, estaban formados como burócratas. Y el burócrata tiene pavor a la responsabilidad personal. Son incapaces de formar y de entender la libertad.
EliminarEs difícil imaginar una forma más peligrosa de tomar decisiones que ponerlas en manos de personas que no pagan ningún precio por equivocarse.
Un abrazo. ¡ Brindo por usted!
Pues respeto gordo para ese sacerdote.
EliminarNo es sacerdote.... aunque imprima carácter
EliminarPues tú sabrás, Suso. Nada de lo que has hecho te ha gustado o te ha llenado. ¿Lo que haces ahora te llena? Pues a la vejez, viruelas.
ResponderEliminarNo ha entendido nada de la entrada.
EliminarSi me lee a diario sabrá mí estado
Me permito recordar que solo fracasa quién no lo intenta,…
ResponderEliminarPues permítase intentarlo
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