martes, 14 de enero de 2025

TODOS LOS VIAJES SUCEDEN POR DENTRO.

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Hubo un tiempo     que el olor que más me gustaba  era el que desprendían  mis dedos cuando los humedecía con los labios , y olfateaba cerca de la nariz.  El olor de la nicotina. El aroma del Ducados socarrado en los dedos. El   que lo probó sabe a qué me refiero.


Ya no fumo, pero aún puedo sentir esa sensación   , que es la de la vida,  llena de caminos perdidos y de paisajes inesperados. La vida, muchos cigarrillos de incertidumbre, con noches oscurísimas y con preciosas llegadas.


Comencé a fumar a partir de los ocho años. Lo típico, por imitar lo que veía en las películas. " Para hacerme el hombre". Y soy hijo de fumador . Mi padre fumaba "caldo". Sacaba  su paquete de Ideales y su librito de papel de fumar. Y con una pericia en los dedos maravillosa,  con su petaca, le cambiaba limpia y diestramente el papel al tabaco liado del estanco, poniéndole uno nuevo de su librito. Le pegaba el lengüetazo a su borde engomado, lo cerraba y tras encenderlo  fumaba con un gozo  y un placer que yo envidiaba  Aquella estampa de mi padre cambiando el papel al tabaco liado me encantaba.


Declaraba con frecuencia, " lo que yo fumo no hace daño. Es salud". Murió de cáncer de pulmón. Pero tenía razón: para él fumar era salud. Le hacía daño al cuerpo, pero su alma era fumadora.


Y la mía. Me han diagnosticado una fibrosis pulmonar y, además, tengo un enfisema. Y asegura la neumóloga que es del tabaco. Ya no fumo, pero tengo el alma fumadora.


En su novela " La hoja roja"  Delibes escribe que cuando al viejo Eloy le aparece la hoja roja en el librillo de fumar, el recién jubilado se lo toma como un aviso: se le está acabando el tiempo lo mismo que el papel de fumar.


Me he tragado todo el humo de muchas casas, de muchos locales, bares, paseos, y del cine y  la literatura que he visto y  leído. Era un fumador incorregible. Hasta en los cines he llegado a hacerlo - iba a sesiones que sabía no había nadie. Fumar solo en un cine es algo fantástico.  


Dejé de fumar pero, ay,  a veces siento cierta pena, la que da decir adiós a un hábito que ha sido parte de la biografía y  de la vida de uno , en el que el tabaco se ha asociado, desde casi el principio de mi vida , a tantas historias .   Fue un vicio ligado a mis sueños, al amor, al dolor, a la tristeza, a la bohemia, a la golfería, a la aventura y a la poesía .


Cuando dejé de fumar - que eso sí fue no un milagro- ¡ el milagro!-  fue de la noche a la mañana. Presentí   que la vida me estaba cambiando.  Y supe que  el futuro sería un lugar al que necesitaba  llegar cuanto antes.


A veces pienso que una de las razones de mi viaje a Guatemala fue que allí dejaría de fumar. Cuando una noche de tormenta caribeña  , subiendo a una aldea , asfixiado y sin fuerzas , extenuado , una monja me dio la mano y tiró de mi hasta alcanzar  destino. Allí decidí no fumar más.


Durante seis meses veía los paquetes de tabaco en la mesilla de mi cuarto , y allí siguieron.  Ese viaje a Tamahú  fue el principio de muchas cosas. De darme cuenta de que ya tenía  una edad que me obliga a tomarme  la vida algo más en serio.


A la vuelta, la crónica de mis días me llevó donde quiso. Pero en ese viaje descubrí que se puede volver a empezar . Y la facilidad con la que lo hice me hizo intuir que no estaba solo.  Y que lo importante no son los destinos. No era  Tamahú el objetivo, era ese Alguien que hace con uno lo que quiere,


No me arrepiento de esos cigarrillos, de los errores, de los arrepentimientos, de las oportunidades perdidas.  Del  recuerdo de los días, de las noches, de los amores y desamores. Y la esperanza en lo que vendrá. El camino siempre somos nosotros. Y todos los viajes suceden por dentro.



36 comentarios:

  1. Insiste un comentarista mojón en linkear páginas que nada tiene que ver con el Barullo. Apesta a Mopa.

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  2. A veces me parece que todo en este mundo es insano.
    Hasta hacer deporte. Un amigo fisioterapeuta me dice que los clientes que juegan al golf tienen la espalda fatal, los que corren las rodillas fatal, los que juegan al paddle todo fatal... Solo queda pasear.
    La mayoría vivimos en ciudades con niveles de contimanición elevados, y eso que estamos en Europa. En China , India y otros países es peor. En Delhi los confinaron a todos unos días porque poner un pie en la calle era mortal de necesidad.
    Lees los periódicos, que ya no tienen noticias en el sentido de relatar hechos que han sucedido, y te pones de los nervios porque todo son interpretaciones con intención de manipular.
    Pones la tele y te sale Pedro Sánchez o la Yolanda Díaz o el Borja Sémper o el Feijoo que se ha operado los ojos y mira raro. Afecta a la salud mental. Unas medidas pensadas en la terraza de un bar y escritas en una servilleta de papel "para resolver el problema de la vivienda" que les importa un bledo. Ya se consiguió el Pablo Iglesias su casa con piscina y casita exenta para huéspedes. Quizá habría que resucitar el Instituto Nacional de la Vivienda en el 50 aniversario de Franco, estos sí lograron construir millones de viviendas señaladas con su yugo y flechas que luego se mandaron quitar por lo de la memoria selectiva histórica, no vaya a ser que la gente se entere.
    Estamos todos obesos o con sobrepeso, excepto los que hacen deporte de los que ya hemos hablado.
    La presión fiscal aumenta por segundos, ya no por años. Y si vives en Cataluña ya ni puedes respirar. Hay que mantener a los embajadores y a todos los funcionarios nombrados a dedo; tenemos récord de altos cargos en el Gobierno y en el Govern.
    En fin, descarto lo de fumar. Prefiero ser de los afortunados que mueren rápidamente de un infarto, si es posible mientras duermo.

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  3. Por qué en el Betis todo el mundo fumaba? Era "obligatorio"?

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    1. Ya conoces el lema: "lo que importa es el alma, el cuerpo a tomar por culo".
      Intentábamos adelantar el momento de nuestro deceso.

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    2. Un tema curioso, sí. Parece que don Álvaro fumaba por obediencia a Escrivá, que le pidió que fumase por un asunto de mentalidad laical, o algo así como que "no parezca que no somos normales" .

      Yo ya llegué fumao. Pero lo cierto es que me animó a ser del Combustibles Fósiles CF el que podías fumar , y decir tacos.

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    3. Respecto a eso de "Prefiero ser de los afortunados que mueren rápidamente de un infarto, si es posible mientras duermo", yo prefiero el infarto despierto. que me de tiempo a despedirme. Tengo que buscar una frase ...la de "¡ Javi!" me parece muy floja.

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    4. Oiga, aclárese! Dice que se fumaba por obligación para mostrar mentalidad laical... pero en otras ocasiones se ha dicho en el barullo todo lo contrario: que las pitufas lo tenían prohibido, o que cuando ha visto unas oblatas fumando se le funden los plomos.

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    5. Bien, aquí tenemos un ejemplo de discapacitado con pliegue e implante cerebral severo. No he dicho que se "fumaba por obligación" sino que Escrivá le pidió a don Álvaro que fumase. Sólo a él. Y nada más que a él.

      Yo no he dicho que se me fundiesen los plomos viendo fumar a una oblata. A mi ya no se me funden los plomos ni siquiera con usted , que tiene pinta de leer en diagonal y de "la m con la a ma".

      Usted es el típico que te parte las piernas, te da unas muletas y luego te dice que si puedes andar es gracias a usted. Atontao.

      Usted es el típico perfil de gente de baja estofa y moralmente muy del todo a cien, que compra pan de molde sin corteza. Y seguro que tiene dientes. En mi puta vida podría ser amigo de alguien como usted.

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    6. Todos y ninguna.

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  4. Supongo que a la hora de hablar con un pitable, decirle que uno es del Betis con un cigarrillo en la mano quedaba más guay, mas mundano y afable.

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    1. Si usted supone eso usted es gilipollas.

      Recuerdos a Mopa.

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  5. Como todo el mundo sabe, había diferencia en cuestiones prácticas entre la sección de varones y la de mujeres. Por ejemplo las mujeres no podían fumar o llevar pantalones. Por lo que se refiere a fumar, beber y decir tacos, en los años 70 y 80 también había bastante diferencia en centros de la sección de varones de países mediterráneos y los del centro y norte Europa. A la mayoría de los chavales menores de edad que se iban en centros de sur Europa, lo de tacos, fumo y alcohol les encantaba. Lo vivían como una manifestación de hombría, de tíos cojonudos. Los directores generalmente les dejaban hacer, quizás no solo porque las percibían como “sano machismo”, sino posiblemente como una “inocente compensación” por las privaciones típicas de los numerarios, como el trato con las chicas, ir al cine etc.
    Lo de “inocente compensación” jamás fue explicado así (en el Betis, por lo menos oficialmente, nada de compensaciones) y es una mía personal y discutible hipótesis de “Realpolitik” de los directores.
    Generalmente había poca (o ninguna) sensibilidad hacia quienes no fumaban o el fumo les molestaba (ajo y agua). Recuerdo muy pocas veces en las que en medios de formación colectivos (círculos, charlas, meditaciones), a propósito del “tono humano” de lo numerarios, salía el tema de moderar el uso de tacos. Pero en la práctica no había ninguna medida para fomentar el cumplimiento de este aspecto del “tono humano”. Era más probable que te cayera una corrección fraterna por un nudo de la corbata mal hecho que por decir palabrotas.

    Distinta mi experiencia en unos países del centro y norte de Europa influenciados por el protestantismo. Por un lado el tema de la hombría en chavales de 16-17 años no era asociado con decir tacos o fumar. Por lo que se refiere a los tacos, bastante gente tenía (y tiene) ideas bastante confusa sobre la diferencia entre tacos y blasfemias. Por lo tanto, cuando se hablaba el idioma local, siempre en las residencias universitarias, un poco menos frecuentemente en las casas de san Miguel (unas de estas también conocidas como “Casa Paco”), se evitaba en absoluto el utilizo de palabrotas. Y si las usabas y te pillaban, allí sí que te caía corrección fraterna. Posiblemente del mismo tío que, viviendo en na de las “Casa Paco”, intercalaba un “joder!” o “me cago en…” en cada frase. Quizás otra forma de “Realpolitik”.

    La ley seca de don Álvaro se la tomaron muy en serio. Me acuerdo de la primera convivencia en Polonia, de las montadas por Ricardo Estarriol y sus compañeros de equipo en la segunda mitad de los 80, antes que cayera el muro de Berlin (Sanyi por cierto: porqué hablas siempre del Bayer Leverkusen y no del de Rapid Wien o del Honvéd o del Újpest?), donde jóvenes numeratas de mi país vieron a numerarios de las convivencias de españoles e italianos tomando vodka, y los pobres se escandalizaron. Por cierto volvimos con el microbús lleno de vodka Wiborowa y Żubrówka (muy buenas las dos). Una parte la pasamos a la administración otra al centro de la Comisión, sin oír algún comentario. Aquella vez también trajimos bastantes cartones de cigarrillos Marlboro hechos en Polonia. Nunca he fumado cigarrillos tal malos. Los paquetes eran los de Marlboro blando: los pitillos no parecían hechos con tabaco sino con ramas de árbol.

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    1. Lo de “inocente compensación" también parecía ser algo (tambien) a nivel individual. Cuestiones humanas: el joven nume que vivía sus votos de castidad y obediencia, sentía lo suficientemente "santo" como para merecerse un buen cigarro, una copa y soltar tacos. Sentía que se había ganado ese derecho.

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  6. Tanto era así que cuando alguien me dice: "te acuerdas de Susto, o del numerario tal etc.?"
    Uno los recuerda... con el cigarrillo en la mano.
    Y si alguien hiciera una estatua de alguno de ellos, la estatua sería...con cigarrillo en la mano.
    Susto sin cigarrillo era como un buey, le faltaba lo esencial.

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    1. Lo del cigarrillo y el buey me lo tiene usted que explicar.

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    2. Pues.que el buey es un animal castrado tal como un núme sin su cigarrillo.

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    3. Sabrá usted de bueyes. El que más chufle, capador.

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  7. Usted no fuma actualmente? Me lo creo. Usted actualmente sigue siendo tan de fiar como en los años 80.

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    1. Usted siga leyéndome y a callar. Gracias por seguirme.

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  8. Empecé a fumar en el club y lo hice hasta los 30 años cuando lo dejé justo antes de casarme, hoy con 50 tacos tengo claro que a los 65 volveré. Hay momentos donde pocas cosas saben mejor que un cigarrillo. Domingo, barullo, periódico, café y cigarro...felicidad con Z!

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    1. Ya que lo ha dejado, no vuelva. ¡ Pero, viva la libertad, carajo!

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  9. sin ayuda del tabaco no le habría pitado ni siquiera luis mernabo

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  10. Tuve suerte. Desde chaval aborrecí el tabaco y eso que me llevo pero recuerdo una sala de estar de un club de los 80s donde se respiraba un humo denso de ducados y creo que algún paquete (con perdón) me habré metido (mas perdones). Recuerdo que el rubio no estaba bien visto pero siempre hubo clases y tropa y generales no compartían el gusto por el negro (perdones máximos).
    Hoy supongo que habrá menos humo y menos fumadores pasivos. Los hábitos cambiaron y las muchedumbres dejaron de serlo hace tiempo. Me pasas el cenicero pls.

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  11. https://villaviciosadigital.es/casa-del-opus-dei-en-villaviciosa-de-odon/

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  12. Una matización. Fumé en tertulias, convivencias, hablando con gente, sí. Pero creo que era lo habitual en España entonces. Durante el tiempo de la universidad, y ya en COU en el instituto, se fumaba en clase, los exámenes, los pasillos, en todas partes. Y lo de los bares, ni te cuento, la vuelta a casa, oliendo como la niña del Exorcista. O parecido.

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  13. Era un tic de la época; se fumaba por todas partes. Era venir de una cena y oler a tabaco. Mi padre fumaba continuamente.
    A mi me daba asco el tabaco, pero todavía me daba más asco la actitud de considerar que fumar te hacía ser “más hombre”. El depender de algo exterior a ti mismo para sentirte hombre me daba vergüenza ajena cuando lo descubría en alguien.
    Y entonces (en los años setenta y ochenta) se sabía que fumar era malo, pero no se sabía hasta que punto era malo como sí se sabe ahora.
    Pienso ahora mismo en personas, que recuerdo con nombres y apellidos, que quizá hubieran vivido veinte o treinta años más si no hubieran fumado; y pienso en otros que no eran capaces de correr cien metros sin vomitar por su adicción; o de estar en paz mirando al mar porque estaban nerviosos ya que necesitaban comprar un paquete de cigarrillos; y en la cantidad de dinero que regalaban a la industria tabaquera. Eran capaces de renunciar a salir con un chavala maja, porque les decían que eso les haría más santos, y se lo creían; y no eran capaces de evitar la dependencia del tabaco; y encima muchos de ellos por sentirse mayores o machos; supongo que alguien se lo insinuó en algún momento y se lo creyeron también. Uno de los grandes problemas de los seres humanos es creerse demasiadas cosas. Hay que creer en cosas; pero pocas y verdaderas.
    Y con la bebida pasaba similar. Me acuerdo de un personajillo de mediana edad que nos intentaba captar en el Poblado, y que realmente tenía mucho carisma; en la tertulia había explicado cosas de lo más interesantes sobre la mafia italiana, y realmente era un tío que se hacia admirar. El caso es que se sentó a comer a mi lado y me preguntó que por qué no tomaba vino, que si el problema es que era “maricón”. El experto de la mafia se convirtió de golpe para mi en un perfecto imbécil y mi admiración en repelús.
    PRISCILIANO

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  14. Deduzco que por ahí viene tu propensión hacia la heterodoxia y también por tanto tu alias o nombre de obispo gnóstico del siglo IV.

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  15. En mi casa fumaban todos. Poco a poco fueron dejándolo algunos pero yo nunca fumé. Es una de las cosas que agradezco a haber pertenecido al OD. Siempre me dio asco, la verdad. Pero, ya de este lado y con hijos en edad de dar pol saco, alguna vez me han entrado ganas de un buen pitillo. Y me sorprendo aspirando el hilo de los que fuman alrededor. ¿Seré una adicta en el armario?

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  16. Debería haber un precepto que diga "no fumarás ni consenrás pensamientos o deseos de fumar".

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  17. Que foto, parece usted el capitán Ahab, en busca de Moby Dick.

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  18. Hoy llego un poco tarde pero en mi caso lo de poder fumar a mis anchas y soltar tacos tuvo bastante que ver con que me decidiera a pitar. Luego en Westpoint Monturiols me di cuenta de que como mínimo un 25% de la promoción estaba igual que yo.

    Fdo. Ex bético, ahora sevillista

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  19. Tengo el recuerdo, siendo yo muy pequeña, de ver a mi padre liar un cigarrillo mientras conducía. Hasta ese punto era fumador. Un buen día el médico le dijo que lo tenía que dejar, y lo hizo, porque mi madre se preocupó mucho. Salió de la consulta, tiró los aperos de fumar en una papelera de la calle, y así lo dejó. Nunca mais.
    Yo no empecé a fumar de adolescente, principalmente porque no tenía dinero, pero me gustaba. Además en mi casa estaba muy mal visto. Cuando por fin me pude financiar el vicio (y que ya me quedaba lejos la liga balompédica), estuve a punto, porque todo mi entorno fumaban como chimeneas, pero me paré a tiempo, empezar tan tarde ya me parecía una tontería. Pues menos mal que no lo hice, por eventos médicos posteriores. Estaría ahora mismo con EPOC. Así me lo dijo la internista.
    Lo del dinero no es tema menor. Una vez convencí a una amiga de que lo dejara calculando lo que se gastaba al año en tabaco. Casi dos sueldos (era de rubio, y de rubio bueno). Una barbaridad.
    McC

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  20. Y escribe esta entrada con toda la cara dura. Estoy rojo de ira.

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    1. Siga leyendo , rojo de ira, pero siga leyendo. No me falle.

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  21. Yo nunca he fumado. Un día apareci con la chaqueta quemada por alguien que apagó un cigarro en ella, y mi madre me dijo que fumara si me daba la gana pero que no le quemara la ropa como mi padre. La verdad es que nunca he fumado.
    Me acuerdo con cariño que un amigo en el club me dijo que si no aguantaba el humo nunca sería periodista. Nos la pasábamos encerrados los dos trabajando muchas horas. El fumando y yo pues estando de pasivo (no creo que me quejara nunca, pero eso me dijo).
    Es interesante lo que algún comentario ha señalado sobre el tema generacional. Me parece muy importante.
    Hace unos meses me di cuenta que un grupo de gente de más de 50 años de edad, cuando acababa la clase salían a fumar como posesos. Un par de meses después pedí que levantará la mano los fumadores intensos de un grupo de alumnos de unos treinta años, y fueron pocos los que levantaron la mano. Con un grupo de chicos y chicas de veintitantos no había casi ninguno. No sé si se meterán otras cosas .. pero tabaco no... Aunque son deportistas estos muchachos/as ... Los mayores ya se olvidaron del deporte.

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