Cuando me nombraron subdirector de Peñalba , un colegio de Fomento en Valladolid, tomé conciencia de qué significa ser "jefe". Había pasado por todos los grados en la enseñanza: becario, profesor, jefe de etapa y, ahora, subdirector. Y siempre tenía la sensación de ser " uno más de la peña". Un tío que jugaba en el mismo equipo.
Pero allí no. Era un directivo. Y descubrí facetas insospechadas - también en mi- de la condición humana . Una fue la aparición del pelota, del servil, del lameculos, del adulador, del rastrero, del lamelibranquio y reptil.
También su contrario. El que te percibe como un enemigo. Pero de esos trataré otro día.
El típico ser humano que entra en tu despacho, adulador y zalamero, o que al terminar una sesión se te acerca, te da un golpecito de colega en la espalda, y suelta:
- ¡Hombreeee… tu fama te precede!, ya tenía ganas yo de conocerte! Me ha encantado lo que has dicho. Se te entiende todo.
A mi eso me acojona mucho. Voy a ser sincero: detecto al pelota porque yo lo he sido. Y los síntomas mi radar los flashea enseguida. Pero, coño, hay que saber hacer la pelota. No puedes decir " la verdad es que necesitamos alguien como tú en este colegio. Le faltaba la alegría que tú has traído. Esto ha cambiado de arriba abajo. Y no es que lo diga yo sólo".
Al buen gusano no se le nota.
Ese tío que coincide siempre contigo en la mesa del comedor, que te ríe los chistes y anécdotas , o que se sienta a tu lado en la misa del colegio y te da la paz, que asiente en silencio cuando hablas en las reuniones, que cuando se va ir del colegio se acerca a tu puerta y te susurra " ¿ necesitas algo'" Recomiendo a todos que se porten así. No cuesta nada, y el otro se queda encantado.
En Peñalba había uno que era muyyyy pelota. De los que se ponen un tutú y van dando saltitos de danza a tu alrededor. Un día me dijo " tú eres como el Moisés de Peñalba: nos llevaste a la Tierra Prometida". Joder, casi me lo creo, tanto, que se me puso cara de Charlton Heston.
Bueno, pues ese tío ahora es director de un colegio de Fomento. O sea, que subes y asciendes como pedo de buzo si no te cortas un pelo en eso del lamer la mano que te da de comer.
También están esos padres que no has visto en tu vida, que no te conocen de nada y al verte sueltan "¡Hombreeee… por fin te conozco, tienes a mis hijos locos, en casa no se habla más que de ti!
Hay un refrán que dice " quien mucho te alaba, mucho te la clava". Y tengo comprobado que estos lo que buscan es favor gordo. Y así fue. No sólo económico. En este caso se trataba de que el niño pasara curso por la cara.
En casa , mis padres, me enseñaron que las personas ruines sólo se dejan conquistar con regalos. Este hombre llegó a decirme que yo era un ángel que había enviado Dios en respuesta a las oraciones que habían pedido en su casa. Detrás de mi ya puede cerrarse la puerta, porque en realidad nada más interesante podría llegar ahora.
Después , yo creo que nadie en esta vida me ha llamado más veces "hijo de puta" que este hombre. Al angelito de Suso. Me lo dijo tantas veces que me parece que hasta me lo creí.
Una vez me dijo un sentencias en Terraferma , un colegio de Lérida: la adulación, aunque la detectes, aunque la veas desde una hora lejos, es casi irresistible, y sienta bien.
Conocí un director que despreciaba al pelota. Y si lo detectaba daba unos cortes muy bestias. " A mi me pone desenmascarar al pelota", decía. Yo llegué a oír como le decía a uno " no me pelotees porque te jodo vivo". Era con el Sargento de Hierro.
Las reuniones de directivos de Fomento- al menos las que yo conocí- eran como entrar en un Jardín botánico: había plantas delicadas, flores maravillosas, cactus, setas venenosas, especies de colores y aromas que extasiaban. Y mucho pelota. Pero mucho.
Una vez asistí a una donde nos congregamos todos las subdirectoras y subdirectores de los colegios "¿Conoces a Suso…?". Rápido, el otro respondió: "No le conozco: le admiro".
"Pelota de mierda", pensé , conmigo lo tienes claro. Me parecía que aquel halago era un pasote.
De todas formas, mejor así. ¿ Qué mundo sería éste si pudiesen entrar dentro de nuestra cabeza y saber lo que pensamos de la persona que tenemos delante?
¿Cómo era el chiste aquel de “perdone jefe que le dé la espalda”, mientras se iba poniendo en posición. Es para una amiga.
ResponderEliminarDesconozco.
EliminarIgual es que no era publicapla: El jefe, con empleado delante, dejándose cometer el acto nefando, dice mientras el otro arremete. "perdone jefe que le de la espalda.
EliminarNo puedo con los pelotaris. Lo heredé de mi padre, que echó con cajas destempladas de casa a más de uno por pelotas y lamisculis, quizá con exceso pero con gran regocijo del niño que fui y gran dolor de mi sensible y querida madre. Lo que disfrutaba yo de esas escenas.
ResponderEliminarEn tus años profesionales en el mundo del business, a los hermanos Urelles bien que les harías la rosca.
ResponderEliminar¡ Clairo! Ya lo he escrito en la entrada.
Eliminarhttps://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2025/01/24/escriva-balaguer-escultura-interior-pilar-1794238.html
ResponderEliminarCreo que con el asunto de ser o no pelotas hay mucha tela que cortar. Cada uno es cada uno.
ResponderEliminarConozco un señor que, partiendo de la premisa de que no es un pelotas, y de que siempre dice lo que piensa, es inaguantable.
Y conozco personas que piensan en los demás, que intentan poner una sonrisa a todo el mundo en su lugar de trabajo, que siempre están disponibles para cualquier cosa, aunque no les toque o sea desagradable, y son calificados como pelotas.
Como nunca he mandado en ningún sitio, nunca tuve pelotas. O nunca me lo pareció, hasta hace poco.
Hay un vecino de mi calle, al que apenas conozco, que es lo más parecido a un pelotas que he tenido nunca.
Lo suelo ver sentado en la terraza del bar por el que paso al volver a casa. Me saluda como si se alegrara inmensamente de verme. Si está sentado, se levanta, me da la mano, y a veces me soba el cogote. Me da una vergüenza tremenda, me parece excesivo todo, pienso que se burla de mí, pero no me atrevo a decírselo, no le quiero ofender.
Muchos días doy una vuelta, para no pasar por esa barra. No soporto tanta zalamería, en una persona que no conozco de nada.
El peloteo puede verse en todos los ámbitos:
ResponderEliminarUno pasó del del "puchol, enano, habla castellano" a "hablar catalán en la intimidad".
Y hay quien pasó del "Ana, pagana, hazte ya cristiana" a "practicar yoga en la intimidad"
Hoy he leído en La Vanguardia que el Ayuntamiento de Barcelona abrirá una delegación en Bruselas para resolver el problema de la vivienda en Barcelona.
ResponderEliminarhttps://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20250125/10318042/barcelona-abrira-sede-bruselas-liderar-politicas-vivienda.html
Además de esta sede, Cataluña y la ciudad de Barcelona tienen otras:
- Delegation of the Government of Catalonia to the European Union - Espai Catalunya Europa
- Oficina Exterior de Cataluña en Bruselas- Acció (para aprovechar las oportunidades de negocio)
- Foment del Treball Nacional
- Agencia Catalana del Turismo
- Oficina de la Diputación de Barcelona en Bruselas
- ...... hay más, pero no me voy a extender.
Hoy el mundo está lleno de trabajos así: muy bien pagados y no tienes que hacer nada.
Pero para conseguirlos debes ser un buen PELOTARI.
Y a Bruselas le ha tocado la lotería, con todos estas representaciones gastando dinero en la ciudad.
A ver, en los viajes a Roma en Semana Santa... ¡tropecientas horas de autocar barato! Recuerdo a uno que siempre iba preparado con su almohada para la cervical... oiga, esta persona (a la que usted conoce muy mucho) luego ha llegado muy lejos en la vida. Así que, un poquito de por favor.
ResponderEliminarEl collarín lo llevaba Xiscu Muliterno y y yo creo que suspensorio por la hernia
EliminarTal vez se lo pedí en alguna parada en gasolinera. Si es así, por estas culpas pido perdón y penitencia.
¿Le pediste el collarín o el suspensorio? No queda claro...
EliminarPedí el collarín y nos cambiamos el suspensorio.
EliminarY los Urelles nunca sospecharon que les hacías la rosca? En otras palabras, tuvieron que esperar a la aparición del barullo para enterarse de lo que realmente pensabas de ellos?
ResponderEliminarLo segundo
EliminarY nunca lo habéis hablado "face to face"?
EliminarEntre hombres no se hablan de esos asuntos m
EliminarEl peloteo es una forma de manipulación; de un intento de manipulación, para ser exactos. Una estrategia que juega con la propia necesidad de adulación de la víctima; tendrá más éxito cuanto más vulnerable sea la víctima potencial a las adulaciones, y esta vulnerabilidad está relacionada con el orgullo y la soberbia.
ResponderEliminarLos intentos de manipulación, sean de este tipo o de otro, siempre me ponen en guardia.
Tengo y he tenido siempre algunos alumnos pelotas. Ves claro, o Intuyes, que lo son, pero no dices nada, ni te pones borde, por si te equivocas y les hieres. Al curso siguiente, cuando dejan de ser alumnos y el interés estratégico decae, descubres si realmente eran pelotas o personas que realmente te apreciaban y necesitaban demostrártelo.
Con los años te das cuenta que los más cafres, los más gamberros o gamberras, los menos estudiosos, los que suspendiste más veces, los que sacaban peores notas y eran menos valorados por tus compañeros profesores, son los que más y mejor te querían; te siguen recordando y mostrando afecto cuando la lejanía es tal que no puede haber el menor atisbo de interés; recuerdan lo bueno y se han olvidado de lo malo.
Con el tiempo, he aprendido a distinguir a estos últimos; son la antítesis de los pelotas y suelen ser los más despreciados por los profesores, pero si sabes llegar a ese lugar interior que ellos y ellas reservan a los que les quieren, te los has ganado. Es por ellos que ser profesor es un privilegio; no por los sobresalientes que lo seguirán siendo conmigo o con otro, sino por estos que representan un reto y una tierra salvaje por conocer y cultivar.
Con ellos entiendo que Jesús prefiriera la compañía de los pequeños, los pobres, las gentes de mal vivir, los machacados... y en cambio, con las gentes de buena familia, los poderosos, y los fariseos era más selectivo, tenía algún amigo entre ellos, pero le costaban más. Lo contrario que le ocurría a un marqués que yo me sé.
PRISCILIANO
Ami se la nota mucho que los pelotas no me molan. Es triste porque pobres, también tienen derecho a la vida. Pero es que los veo venir y me dan ganas de darles una patada en el culo.
ResponderEliminarTuvimos mi marido y yo unos amigos, que el era pelotari máximo. A mi marido le gustaba mucho, que tío tan majo, tenemos muchas cosas en común, y cosas por el estilo. Un día le dije lo que pensaba de su amigo, que era un pelota y que diría lo que fuera para aparentar que estaba de su lado. Y le dije, haz una prueba: dile que te gusta algo o que estás a favor de algo, y al cabo de media hora le dices que te gusta lo contrario. Verás como el hace lo mismo.
Efectivamente, así fue.
Es que los veo venir. Es una bendición y una maldición a la vez.
Al comentario que escribió ayer sobre el Ejército le han contestado, dándole pal pelo
ResponderEliminarUf, el peloteo. Difícil tema para mí, porque soy incapaz de leer a las personas. Es una tara que traigo de serie.
ResponderEliminarA no ser que sea muy evidente, o que conozca bien a esa persona, o que chirríe por algún motivo concreto, no soy capaz de darme cuenta si lo dicen de verdad o es peloteo.
Así que suelo hacer lo que Prisci: ante la duda, dejo hacer. Mira que si me lío a dar cortes y resulta que justo ese no se lo merecía.
Luego está el tema de los que creen que es lo que tienen que hacer. Que creen que así son las cosas, y así está bien hecho. Que les han enseñado que se hace así. Que no ven más allá.
Bastante desgracia tienen, pasar la vida así, sin poder salir de esa visión de la vida. Menuda mierda.
McC
En la cúspide jerárquica de la organización no se da el peloteo, pues la doblez y el engaño están muy mal vistos.
ResponderEliminarEso no te lo crees ni tú.
EliminarA mi ha tocado vivir en varios países y viajar a otros por temporadas mas o menos largas. Tratar a gente con cultura y costumbres distintas, especialmente en sus países, creo que ayude a quitarse la boina que todos en mayor o menor medida tenemos. Y a darse cuenta que, a pesar de las diferencias culturales y de costumbres, todos los hombres en cualquier latitud, tenemos exactamente las mismas necesidades no solo materiales e instintivas (comer, dormir, atracción sexual, etc) sino también en las otras dimensiones de la persona (conectar con los demás, desarrollar amistades, saberse queridos, estimados etc). En cualquier parte del mundo hay lameculos, pobre tíos que se creen las palabras adulatorias del pelota y gente a la que la actuación excesiva e/o interesada del adulador resulta molesta. Lo que pasa es que aquella zona gris entre la urbanidad y la adulación puede variar bastante dependiendo del país en el uno se encuentre. Mis primeras experiencias laborales en unos países asiáticos en este sentido fueron dramáticas: muchas sonrisas, muchos “yes, yes very nice” y yo sin enterarme si mis propuestas interesaban o no interesaban; si les caya bien o no. Sin ir tan lejos, en Italia, he tenido experiencias en cierto sentidos similares. Decir piropos, alabar algo que no gusta y después desaparecer, no decir “no” de forma clara sino por alusiones o expresar una opinión de forma sibilina, es generalmente socialmente considerado como preferible que decir “no” o expresar un juicio de forma lapidaria. Prelados en el Vaticano son quizás la máxima expresión de esta forma de comunicar. Y una pregunta que, después de cinco meetings, a mí me parece muy razonable como “ Oye tío, ni tu ni yo estamos aquí para perder el tiempo: te interesa si o no?” en estas culturas resulta rude. En estos países, prefieren formas que en el norte de Europa (y creo en España también) suenan bastante a lameculos.
ResponderEliminarEntre comerciales hay seguramente muchos pelotas, manipuladores dispuestos a, y capaces de, solicitar y explotar la vanidad, la falta de autoestima y otras debilidades de sus interlocutores utilizando todo tipo de palabras adulatorias, sin frenos, para lograr vender.
Hay mucha gente a la que comerciales en general le dan repelús porque les ven como una raza de manipuladores.
Saber tocar las teclas adecuadas para vender, y así influir sobre las decisiones del potencial comprador, no es necesariamente una actividad manipuladora. Lo mismo hacen un buen padre, un maestro o un amigo cuando intentan orientar las decisiones de sus hijos, alumnos o amigos.
El adulador generalmente me provoca repelús. Sin embargo hay situaciones en las que su interlocutor me cae todavía peor. Es el caso de personas mayores de edad, capaces de entender y con derecho de voto cuya actuación (comprar, vender, regalar, votar o lo que sea) es solamente motivada por el apelo del pelota a su vanidad.
Cipriani q gran tipo
ResponderEliminarCon Horrendo de la Riba y Cipriani de delanteros este partido lo vamos a ganar!
ResponderEliminarEn El círculo íntimo de las altas esferas de todas las empresas del IBEX, de todas, solo se puede prosperar si se hinca de rodillas ante el presidente o consejero delegado y si vendes tu vida privada y tiempo privado a cambio de un sueldo potente. No hay más.
ResponderEliminar"El éxito es un masaje narcisistico que dispara y desarticula el ego"
ResponderEliminarEsta frase, que la escuché ayer en un documental sobre la historia de Les Luthiers (si, una cosa llevó a otra...), la decía el terapeuta del grupo. Ellos tienen un terapeuta de grupo desde el primer día que se pelearon, que fue muy al principio.
Se podría aplicar también al peloteo, al hecho de darte cuenta de que te pelotean. Que se lo crean o no es secundario. Lo que provoca daños es el masaje narcisistico de ver que otros les hacen la pelota.
Yo eso lo he visto, y es lamentable.
McC
Hay otra experiencia muy interesante: decir que te vas del trabajo un año antes de hacerlo. Es como salir de tu cuerpo mientras te operan y observar lo que pasa. Todas las verdades dan la cara. Y solo quedan los amigos y compañeros que lo eran de verdad.
ResponderEliminarEso sí, nadie se mete ya contigo, porque dejas de ser un peligro. Es como volver a la realidad después de una experiencia delirante (la del nombramiento).
Otrora: he tomado muchas cervezas con árboles caídos. Recuerdo la de aquel jefe con el que me llevaba a ostias antes de que lo destituyeran. Porque había diferencias profesionales. Pero, en lo personal, nos respetábamos. Y una vez acabado todo, me confesó: "solo has quedado tú y cuatro familias". Afortunadamente, era su despedida, pues se iba a otra ciudad, donde ahora le va bien desde hace años.
PD: Puedo estar equivocado, pero después de varias empresas y trabajos (el actual me hace más feliz que los otros, dicho sea de paso), no hay peor lugar para mandar y ser mandado que la gran familia de Tormento centros denseñanza. A lo mejor sí, pero yo no lo conozco.
Muyyyy interesante lo que escribe. Gracias.
Eliminar