miércoles, 28 de septiembre de 2016

SER FELIZ

Ser feliz consiste en no darse cuenta de que uno está viviendo. 

Eso mismo le pasaba a Adán cuando   se parecía mucho a un chimpancé,  y se paseaba moviendo el rabo  que le salía del culo. Antes del asunto  de la manzana. Adán era un chimpancé inmortal que iba de rama en rama comiendo bananas bajo la complacida mirada de Dios. No le sucedía nada, de modo que en esa etapa de inocencia, de gracia sumergida  que lo empapaba todo , este mono no hubiera podido llevar un diario íntimo.

¿Para qué?. 

Para entretenerse solo se rascaba el tobillo ante un paisaje de agencia de viajes , su memoria se confundía con la vegetación, había llegado a los ciento sesenta y tres años sin perder los dientes de leche, llevaba los labios untados de moras  , tenía sueños de  cielos azules  y en aquel tiempo todos los virus eran benignos. 

No cantaba porque no sabía qué se sentía estando enamorado . Ni pintaba. Tampoco  escribía , ni daba razón de lo que pasaba. Miraba al cielo y sonreía a su Padre Dios, que le acariciaba cariñoso la cabecica. 

¿Cuándo he sido  realmente feliz? Sin duda durante esos años, en que no me pasó nada. Ni bueno, ni malo. Esos huecos cerebrales sin historia constituyen la dicha. Cuando mi padre  hacía flexiones en pijama y camiseta interior y uno se subía a  sus espaldas, arriba, abajo, arriba... Recuerdo vagamente  aquellos días  que cantábamos de regreso de  un domingo en el Ontinar  de tirar cantos rodados rozando la superficie del río y contar las veces que rebotaba en el agua. 

O una esfumada imagen en la habitación, y la puerta abierta, la luz del pasillo encendida Un cierto perfume en el  Cine Dorado , la canción de moda de un verano ambiguo, probablemente " Te digo que te quiero" de Los Ángeles. Los ojos  de una muchacha de nombre olvidado  cuya silueta se ha ido con el viento...

La felicidad suele confundirse  con la nostalgia, pero no es la nostalgia, sino el lado oculto de la conciencia, esa vieja zorra de ojos negros insomnes  que  te da la tabarra  con el deber, las normas, el código, catecismos, y torpes y antiguas reglas  

La dicha es un paréntesis  de tu vida sin pasiones, cuando eras de verdad  bueno e  inocente . El paraíso  de Adán  antes de  pecado , digámoslo ya, debió de ser un  coñazo . 

Me dirás,  ¿entonces qué buscas? Sin saberlo , busco esa tarde de domingo  lanzando guijarros al río con mi padre, mi madre sentada en una manta, mis hermanos jugando, y al mundo y las normas , que les den pol culo.

Resultat d'imatges de cantos rodados rebotando  sobre la superficie del rio
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AQUÍ: ESTUDIO RADICAL: DIRECCIÓN VERTICAL, SENTIDO ASCENDENTE

1 comentario:

  1. Tal vez algún problema hubo pues Dlos hubo de darle una compañera a Adán... si acaso la Biblia es el primer testimonio de nuestra especie. Y Jesucristo se quejó de no tener dónde reposar su cabeza. A veces quisiera saber alguna cosa. Gracias por el post.

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