Pertenezco a la generación del 1957. Una España donde los profesores de F.E.N (Formación del Espíritu Nacional ) era portadores de mensajes apocalípticos, defensa de facherío más rancio, metían unas usties como panes, y gritaban "¡¡¡PAÑA!!!" cuando querían decir España.
A mi me dio clase un tal don Serafín que cuando se enfadaba te llamaba "maleante", "miembro de la ETA".
Los curas , en mi caso los jesuitas , no les iban a la zaga .
En materia sexual esa educación crió masas de salidos, de reprimidos, de atormentados . Yo soy uno de ellos. Recuerdo una película de guerra
donde Telly Savalas moría pensando en una mujer mientras la besaba.
Salí del cine incómodo pensando: " ¡joder con el calvo, ha muerto en pecado mortal!No podías hablar de lo que pensabas.
Mis iconos sexuales eran muy raros, pero era lo que había.
Vivíamos en una cruzada moral que tenía algo de expedición de argonautas en busca de nuestro particular vellocino de oro, que era el sexo. En aquel páramo de abstinencia abrevábamos nuestras tentaciones en las pantorrillas del ballet de Coros y Danzas, en los anuncios de ropa interior del Hola , o del Burda, en los bailes enloquecidos de las películas de Jerry Lewis, en la Popea de Quo Vadis, en Sofía Loren, en la minifalda de Masiel, en Brigitte Bardot ,mientras asistíamos a Misa con los padres, rezábamos el Rosario, y salíamos los domingos de excursión.
También estaba mujer de Tarzán y el bañador olímpico de Esther Williams. Así nos hicimios un hombres y se nos prepraró para ver y oír grandes cosas.Antes uno había pasado por el primer biquini de Elke Sommer y por el ejercicio malabarista con las toallas al salir del baño de Ursula Andres y Lux , el jabón de las estrellas.
Al final sucede lo que aconsejan los pasteleros buenos: "Dejen que los chicos se harten de merengue".
Después de un tiempo razonable el estómago rechaza el azúcar. Eso sucedió a nuestra generación: acabamos hartos de ese otro azúcar del sexo.
Peo seguimos siendo raros.
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